Toro, un museo del mudéjar en Zamora
La reconquista leonesa, castellana y aragonesa supuso la incorporación de amplios territorios ocupados por población musulmana que aportaron su infinito conocimiento en diversas artes, una de ellas el arte mudéjar, un estilo absolutamente español.
Los expertos diferencian tres focos diferentes de este estilo: Aragón, Toledo y Castilla y León. Y para conocer éste último, indispensable la visita a la localidad leonesa de Sahagún, uno de los núcleos pioneros del mudéjar. Viajamos al siglo XII, momento en que esta poderosa localidad, situada en el Camino de Santiago, se convirtió en un referente centro religioso y económico como indica el Códice Calixtino, provocando, posiblemente, que fueran contratadas algunas cuadrillas de alarifes de Toledo para llevar a cabo los diferentes proyectos arquitectónicos.
Detalle del interior de la Iglesia del Santo Sepulcro. Efetur
Dentro de la homogeneidad que exhibe este arte, conocido como “mudéjar castellano”, “mudéjar leones”, “románico mudéjar” o “románico de ladrillo”, salen a la luz diferentes focos que adquieren características propias en función del material utilizado o de la decoración elegida. Así nos encontramos el foco toresano que se caracteriza por el uso de decoración mural basada en arcos de gran longitud o el de Tierra de Pinares que lo hace con la superposición de varios cuerpos con arquerías de altura menor.
La llegada del soplo mudéjar a Toro nos permite disfrutar en la actualidad de un número importante de templos religiosos que convierten a esta histórica ciudad zamorana en uno de los núcleos más importantes de este estilo arquitectónico, no solo de Castilla y León sino de toda España. Un exquisito muestrario formado por las iglesias de San Lorenzo el Real, San Salvador de los Caballeros, del Santo Sepulcro, de San Pedro del Olmo y la ermita de Nuestra señora de la Vega.
Iglesia de San Lorenzo el Real
Declarada Monumento Nacional en 1929, la iglesia de San Lorenzo el Real esta considerada como el templo de ladrillo más antiguo de Toro, construido probablemente en el siglo XII. Consta de una sola nave, ábside circular en el interior y poligonal en el exterior y profundo presbiterio de dos tramos. La decoración tanto en la cabecera como en la nave se caracteriza por la utilización de arcos ciegos sencillos o doblados y cuenta con tres puertas de acceso, la del sur, la más monumental de todas y las del oeste y norte, más sencillas y pequeñas.
En el interior se aprecian algunas reformas, pero aún así, sigue siendo una gran obra de excepcional belleza. Entre sus muros, el sepulcro gótico-flamenco de los Castilla-Fonseca y el retablo de Fernando Gallego, ambos del siglo XV.
Iglesia de San Lorenzo el Real, Toro (Zamora). Efetur
Iglesia de San Salvador de los Caballeros
Perteneciente en el pasado a la Orden del Temple, en de la iglesia de San Salvador de los Caballeros podríamos destacar una apreciable puerta de arcos apuntados con relevantes frisos y las arquerías interiores, aunque la nave meridional fue rehecha, así como restos de pinturas murales de distintas épocas.
En la actualidad, este edificio del siglo XIII acoge el Museo de Arte Sacro en el que es posible admirar una magnífica colección de tallas románicas y góticas como la estatua pétrea románica de la Virgen con el Niño del siglo XII; el Cristo románico policromado procedente de la iglesia de Nuestra Señora del Canto; dos Cristos góticos; dos imágenes de María y San Juan pertenecientes a un Calvario; una talla de la Virgen del siglo XIII procedentes de la Ermita de la Vega; una estatua pétrea del Arcángel San Gabriel del siglo XIV; sin olvidarnos de varios capiteles procedentes de la Colegiata de Santa María la Mayor, la mesa románica del altar de la iglesia de la Trinidad o una magnífica puerta con herrajes originales del Monasterio de Santa Clara.
Iglesia de San Salvador de los Caballeros. Efetur
Iglesia del Santo Sepulcro
Construida en el siglo XII por la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro, es posible que fuese la casa matriz de la esta orden en Castilla hasta 1489 en que se anexionó a la Orden de San Juan de Jerusalén Caballeros de Malta.
De su primitiva fábrica solo queda un arco apuntalado y de triple arquivolta, los arcos de acceso a las capillas y los cilindros absidales, así como la torre que se encuentra desmochada, las fachadas occidental y septentrional, la cabecera con tres ábsides y bóvedas y uno de los arcos formeros. Todo lo demás fue renovado en los siglos XVI y XVII.
En el interior podemos admirar una figura del Cristo barroco de la Expiración, varios de los principales pasos de la Semana Santa, la mesa del altar del siglo XIII, así como pinturas murales en la bóveda del ábside central descubiertas en el 2001 con un Pantocrátor y figuras simbólicas de los evangelistas que, si bien tienen apariencia románica, son de estilo gótico lineal.
Interior de la Iglesia del Santo Sepulcro. Efetur
Ermita de Nuestra Señora de la Vega
También conocida como ermita del Cristo de las Batallas, patrón de la ciudad, este templo mudéjar se asienta en las orillas del Duero, fue construido en el siglo XIII y perteneció también a la Orden de San Juan de Jerusalén. Edificio de una sola nave que finaliza en la habitual cabecera de tramos rectos con un ábside semicircular de siete arquerías ciegas en el exterior y gran presbiterio con tres arcos en la parte de la epístola y dos en la contraria. Como otros templos de la ciudad en su interior podemos admirar pinturas murales del siglo XIII que algunos expertos relacionan con pasajes de la vida de Jesús y Salomón.
No hay que olvidar entre los ejemplos del mudéjar en Toro la iglesia de San Pedro del Olmo, de la que solamente se conserva la cabecera, el ábside y una parte de la torre. Construida en el siglo XIII lo que se puede apreciar guarda relación con otras iglesias como de la San Salvador de los Caballeros, San Sebastián de los Caballeros y San Lorenzo el Real.
Ermita de Nuestra Señora de la Vega. Efetur
Fuente: EFEtur.