Cuéllar, villa medieval en la vieja Castilla
Su impresionante castillo compone la estampa más característica de Cuéllar, conocida también por sus excelentes lanas que fueron durante siglos la materia prima para confeccionar los afamados paños flamencos.
Recorrer su casco histórico, sus empinadas calles, nos conduce a aquellos días en que las tres culturas, cristiana, judía y musulmana, convivían en paz y armonía. Pero cuando Cuéllar se convirtió en una de las poblaciones más importantes de la meseta del Duero fue con el reinado de Fernando III de Castilla, y sobre todo con el de su hijo Alfonso X el Sabio.
La historia de la villa es larga, de ahí que podamos disfrutar hoy de un importante y variado patrimonio monumental, con el castillo de los Duques de Alburquerque como el edificio más reconocido de la villa. Pero además de esta impresionante fortaleza, Cuéllar destaca por su arquitectura mudéjar que la sitúa como el principal referente de toda la provincia.
Puerta de San Basilio, en la villa de Cuéllar. Cardinalia
Es un estilo arquitectónico que todavía hoy podemos admirar en edificios civiles y religiosos como la iglesia de San Martín, que es además Centro de Interpretación del Arte Mudéjar e imprescindible para conocer como se construían las iglesias, y como eran sus gentes, su vida diaria y la convivencia entre culturas. Una visita que continuará por las iglesias de San Andrés, la de San Esteban, la de San Miguel, la de la Trinidad, la de Santa María de la Cuesta y la del Salvador, así como la Torre de Santa Marina y el ábside de la iglesia de Santiago.
Y para finalizar, las puertas de San Andrés y San Basilio y la puerta sureste del castillo situada en el Torreón de la Memoria.
Muchas han sido las familias relevantes con pasado cuellarano, pero por encima de todas destaca la que durante siglos ha ostentado el Ducado de Alburquerque, título nobiliario concedido por Enrique IV de Castilla a su valido D. Beltrán de la Cueva en el año 1464.
Y como recuerdo de ese glorioso pasado familiar quedó el Archivo de la Casa Ducal de Alburquerque, uno de los archivos nobiliarios más importantes de España.
Uno de los oficios que durante siglos resultó fundamental para la villa de Cuéllar fue el de curtidor, el de la transformación de la piel en cuero.
En el Museo de las Tenerías podremos descubrir, mediante un recorrido visual, sensorial y experimental no solo cómo era el tratamiento que las pieles recibían, sino también el tipo y la procedencia de cada una de ellas. Se completa con una sala de exposiciones y un espacio exterior con pilas, varios noques y canalizaciones, así como una zona ajardinada donde se ha creado una exposición permanente de bonsáis.
Además, en verano se convierte en el lugar ideal donde disfrutar de conciertos.
El entorno natural
Su pertenencia a la comarca Tierra de Pinares sitúa a Cuéllar en medio de un “mar” de pinos que contrastan con los campos de labor, el esplendor de la ribera del río Cega y los humedales de la vega. Unos paisajes que solamente se podrán descubrir paseando por sus caminos, cordeles y veredas.
Cuenta además con tres espacios naturales como El Espadañal una gran extensión de agua, lugar de paso de numerosas especies migratorias, donde encontramos la más variada fauna de la comarca; la Huerta del Duque, que ocupa una extensión superior a las ocho hectáreas y es lugar elegido por los vecinos de Cuéllar para pasar largas jornadas, especialmente las calurosas noches de verano, y el Parque del Henar con la ermita de la Virgen del Henar, uno de los lugares más atractivos de toda la comarca para disfrutar del ambiente campestre en una frondosa pradera rodeada de pinares.
La Villa de Cuéllar se encuentra en la comarca natural Tierra de Pinos. Cardinalia
Un total de nueve rutas en bici, clasificadas en tres categorías según su dificultad -fáciles, moderadas y difíciles- y tres rutas de senderismo con nombres tan sugerentes como la Senda de los Pescadores, las Sendas por la Comarca y las Sendas por la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar permiten recorrer la zona y disfrutar de la naturaleza al mismo tiempo que se practica un poco de deporte.
Los practicantes del golf, cuentan con el Club de Golf “Villa de Cuéllar”. A unos dos kilómetros del centro urbano, junto a El Espadañal rodeado de pinares y choperas, se encuentran estas instalaciones municipales que cuentan con nueve hoyos de doble salida.
Si hablamos de gastronomía es necesario recordar que la cocina cuellarana se basa en la utilización de productos de primerísima calidad y de temporada como las verduras de Carracillo, los piñones, la achicoria, las setas y por supuesto las hortalizas de la huerta. La variedad de establecimientos hosteleros de la villa nos permitirá disfrutar de una cocina castellana tradicional en la que encontraremos el tradicional cordero lechal asado, el cochinillo de Segovia, el cocido castellano o los guisos de temporada.
Fiestas religiosas y paganas se agolpan en el calendario de Cuéllar. A la cabeza de los festejos se encuentran los encierros, catalogados como los más antiguos de España pues la primera mención documentada la encontramos fechada en el año 1215, declarados Fiesta de Interés Turístico Nacional tiene lugar el último domingo del mes de agosto.
También en agosto se celebra la Feria medieval mudéjar, intímamente relacionada con su pasado. Una conmemoración dedicada a la artesanía, vida y costumbres del medievo que tiene lugar en el privilegiado entorno de la Huerta de del Duque.
La artesanía, vida y costumbres de la Edad Media se reviven en la Feria Medieval Mudejar.
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Fuente: EFETUR, Agencia EFE.