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Diez gastromercados para ‘foodies’
Los gastromercados están de moda. Y esto es así porque proponen a sus visitantes un cóctel turístico que fusiona productos de la tierra, la historia del país, la belleza arquitectónica y la cultura de un destino, el nuestro, que hace de la gastronomía una forma de vida.
Efetur viaja en busca de algunos de los mercados más interesantes del panorama nacional:
Mercado de La Galería -Fuengirola-
Arrancamos la ruta en plena Costa del Sol, donde se encuentra el gastromercado La Galería, que presume de ser el único que existe en Fuengirola con estas características. Desde que abrió sus puertas en febrero de 2016, este espacio se ha convertido en lugar de encuentro de la noche malagueña gracias a sus especialidades gastronómicas y a las distintas propuestas culturales que acoge como catas de vino, exposiciones y eventos en los que el arte y la música cobran protagonismo.
En sus 600 metros cuadrados y bajo su bóveda acristalada, las cerca de 15.000 personas que visitan el gastromercado cada mes tienen a su disposición una muestra de los sabores del mundo en doce puestos que elaboran recetas de carnes, sushis, pescados o ibéricos.
Así lo explicó en una entrevista con Efetur su gerente, Borja Cabrera, quien indicó que, “además de un mercado gastronómico, La Galería es un espacio que propicia la interacción del visitante con la cultura y el encuentro entre personas de diversas nacionalidades”.
Propuesta gastronómica del mercado La Galería, Fuengirola. Foto: Cedida por el mercado
A juicio de Cabrera, este mercado, con una capacidad total para 250 personas, es recomendable porque “forma parte del circuito cultural de la ciudad, porque ofrece la posibilidad de degustar la cocina andaluza e internacional mientras se disfruta de un buen vino, se escucha música, se contempla una obra de arte o se empapa de un ambiente alegre y diverso cerca del mar”, concluye.
Mercado de Abastos -Santiago de Compostela-
El Mercado de Abastos de Santiago de Compostela es “el segundo enclave más visitado de la ciudad”, después de la Catedral, según los datos de Musement, la plataforma de búsqueda de actividades turísticas.Se trata de un gastromercado fundado en 1873, que puede llegar a recibir un sábado cualquiera “a más de 4.000 visitantes”, según apuntan desde la plataforma, y que es ideal para adquirir y degustar productos frescos de la región. De hecho, en sectores como el de pescados y mariscos, este mercado dispone de una cuota de mercado que “alcanza el 60%”.
Mercado de San Miguel -Madrid-
En Madrid se encuentra otro de puntos gastronómicos de referencia de nuestro país: el Mercado de San Miguel. Fundado en 1916 y convertido en auténtico reclamo turístico, es visitado cada año por cerca de 4 millones de turistas, tal y como explicó a Efetur la directora de Operaciones del mercado, Sandra Acevedo, en 2017.
El principal valor diferencial de este espacio, al que se accede por una de las calles que salen de la famosa Plaza Mayor, reside en que “forma parte de los edificios emblemáticos de Madrid, está considerado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento y es un símbolo de la ciudad”.
Rehabilitado en 2009, alberga más de 30 puestos en los que degustar ibéricos, olivas, croquetas, pescados, vinos, o carnes con ADN español que se exponen en sus vitrinas para saborear en el acto.
Gastromercado de San Miguel de Madrid. Foto. EFE/Luis Hevia
Todo ello, explicó, “tiene un plus”: disfrutar de producto “de alta calidad dentro de un edificio tan especial como este”. Y es que su estructura es ideal “para vivir experiencias”, bajo un espacio de cristal, madera y hierro fundido que juegan con la luz natural “creando un ambiente diferente”.
Mercado de Triana -Sevilla-
En Sevilla resulta interesante visitar el famoso Mercado de Triana, construido en 1823 y renovado en el año 2001. Este enclave gastronómico, situado en uno de los barrios más populares de la capital hispalense, cuenta con 4.000 metros cuadrados de superficie y más de 100 puestos para todos los gustos.Es el espacio ideal en el que adquirir frutas, verduras, pescados, carnes, legumbres, encurtidos, quesos… y degustar productos locales en los distintos bares y restaurantes que se agolpan en él.
También hay aquí una escuela de cocina, en la que aprender distintas recetas con sello español; y una sala de teatro en la que disfrutar, de vez en cuando, de distintas representaciones teatrales. Además, justo debajo del mercado, se encuentra el Museo Castillo de San Jorge, antigua sede de la Inquisición.
Mercado de la Victoria -Córdoba-
También en el sur, en la preciosa Córdoba, se puede disfrutar de un rato de ocio en el Mercado Victoria que es, en palabras de su gerente, Paco Mulero, “el primero que se abrió en Andalucía”.
Este espacio, inaugurado en 2013 con la filosofía de aunar los conceptos de gastronomía, cultura y ocio, se levanta en una estructura de forjado cubierta de zinc en la que se distribuyen 24 puestos con propuestas muy diversas. Aquí, es posible encontrar lo mejor de la cocina cordobesa y española con salazones, ibéricos, quesos, vinos…, junto a delicias de la cocina argentina, japonesa o mexicana, entre otras.
Imagen del mercado de La Victoria, Córdoba. Foto: Cedida por el mercado
Además, el gastromercado, por el que pasan entre “60.000 y 90.000 visitantes” al mes, cuenta con cuatro terrazas, ideales para disfrutar de un café, una copa o un cóctel al tiempo que se disfruta de la mejor música. La oferta se completa con una zona infantil, y el servicio de comida para recoger, que permite saborear las propuestas desde casa.
Además, resulta interesante porque ofrecen comida adaptada a todo tipo de comensales: veganos, vegetarianos, celíacos, alérgicos a la lactosa o consumidores de cocina halal. “Es un lugar en el que degustar, de forma muy cómoda, multitud de platos referentes de nuestra amplia y bien conocida gastronomía”, concluyó Mulero.
Mercado de Colón -Valencia-
El Mercado de Colón, inaugurado en 1916 de la mano del arquitecto Francisco Mora Berenguer, es considerado como una de las obras más representativas del modernismo valenciano.
En este edificio de 3.500 metros cuadrados, declarado Monumento Nacional, se pueden comprar productos típicos o pasar el rato degustando distintos platos en sus bares y restaurantes, en los que se sirven una amplia variedad de carnes, cervezas o tapas con ADN local. Y, por cierto, que nadie se vaya de aquí sin saborear la rica horchata valenciana.
Imagen del Mercado de Colón de Valencia. Foto: Efe/juan carlos cárdenas
Mercado del Val -Valladolid-
Nos adentramos ahora en el Mercado del Val, el más antiguo de Valladolid, que abrió sus puertas el pasado año tras una reforma en la que se invirtieron más de 11 millones de euros. La remodelada instalación, un histórico edificio del siglo XIX, muestra a los visitantes un espacio invadido por la luz natural gracias a la sustitución de los muros de ladrillo por amplias cristaleras.
Dulces en el Mercado del Val, Valladolid. Foto: Cedida por el mercado
Aquí se congregan 44 puestos, además de espacios comunes para restauración, con una superficie de 2.000 metros cuadrados, y una planta sótano en la que se ubica un supermercado de 810 metros cuadrados.
Además de adquirir alimentos en carnicería, panaderías, pescaderas o charcuterías propias de un mercado tradicional, los visitantes pueden acercarse a alguno de los gastropuestos y saborear vinos, cervezas, pinchos o raciones con sello local.
Mercado de la Ribera -Bilbao-
El Mercado de la Ribera de Bilbao, en el casco viejo de la ciudad, se construyó en 1929 de mano del arquitecto Pedro Ispizua. Se distingue por su decoración Art Decó, que mezcla vidrieras, elementos decorativos, celosías y floretones.
Este espacio gourmet reúne 186 puestos, distribuidos en tres plantas, en los que es posible encontrar una amplia variedad de puestos de carnes, pescados, embutidos o frutas. Además, los visitantes pueden disfrutar de un rato en algunos de sus bares y restaurantes, ideales para degustar jamón, marisco o la famosa gilda.
Vista de los exteriores del Mercado de la Ribera, Bilbao. Foto: EFE/Alfredo Aldai
Mercado de Atarazanas -Málaga-
De nuevo en Málaga, sugerimos una visita a este gastromercado, inaugurado en 1879 e integrado en un solar en el que, antiguamente, había unos astilleros nazaríes, de ahí el nombre de este enclave: Atarazana.
Los foodies encontrarán aquí un interesante rincón en el que degustar patés, quesos, embutidos, pescados, carnes o productos ecológicos. Además, proponemos dedicar unos segundos a contemplar la puerta nazarí del mercado, de 25 metros de altura, lo único que queda del antiguo edificio.
Mercado de La Boquería -Barcelona-
Y terminamos en una de las paradas imprescindibles para los visitantes de la Ciudad Condal: el Mercado de la Boquería. Este espacio, con 216 puestos, marca la diferencias por su ubicación, en pleno corazón de las Ramblas, “por sus diez siglos de historia, por el relevo generacional, por el turismo que lo visita y por su concepto de restauración”.
Al menos así lo cree el gerente del mercado, Òscar Ubide i Marcet, quien explicó a Efetur que este mercado, de más de 2.000 metros cuadrados, “muestra la esencia de la ciudad y es una representación gastronómica del mundo entero”.
Y es que aquí los visitantes pueden adquirir en los diferentes puestos productos como el vino, alimentos dietéticos, de panadería, productos de cocina africana, griega, americana, asiática… No faltan tampoco las propuestas dulces y otros representantes de productos no alimentarios como las populares floristas de la Rambla.
Propuesta gastronómica en el Mercado de La Boqueria, Barcelona. Foto: Cedida por el mercado
Las 50.000 personas diarias que visitan de media este mercado, y que ascienden a los 15 millones anuales, encontrarán también a su disposición diez establecimientos de comida, con especial protagonismo de rincones célebres como el bar Pinotxo, con Juanito Bayen a la cabeza, “el hombre de los chalecos más coloridos del mundo, el más fotografiado y todo un referente del mercado”. También destaca el popular Quim de la Boqueria, con Quim Márquez, un cocinero autodidacta que aprendió en las cocinas de grandes nombres de la restauración barcelonesa.
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