La Medellín extremeña, entre Roma y América


Bañado por los ríos Guadiana y Ortigas y rodeado de tierras fértiles, Medellín ha sido un punto estratégico a lo largo de los siglos. Este municipio extremeño de la provincia de Badajoz, en el que hoy viven apenas 2.300 personas, tiene un extraordinario pasado.
Estuvo habitado por los tartesos antes de la romanización, aunque entonces todavía no se llamaba Medellín sino Conisturgis.

“Las excavaciones arqueológicas han documentado que ocupaba unas 15 hectáreas bajo el Cerro del Castillo y parte de la población actual, con ricas necrópolis situadas en las huertas inundadas periódicamente por el río Guadiana”, explica a Efe Martín Almagro Gorbea, miembro de la Real Academia de la Historia.
“En ellas han aparecido numerosos objetos conservados en el Museo de Badajoz y en el Museo Arqueológico Nacional como joyas, cerámicas y marfiles tartesios y vasos fenicios y griegos”, añade el historiador. A finales del siglo III a.C., el ejército de Aníbal, al mando del general Magón, estuvo en lo que hoy es Medellín.
Más tarde, Roma convirtió este lugar en la primera línea defensiva en la cuenca del Guadiana en su lucha contra vetones, celtas y lusitanos.
Finalmente, durante la guerra entre Sertorio y Quintus Caecilius Metellus Pius en los años 79-78 a.C., este último cambió su denominación de Conisturgis por la de Caecilia Metellinum, de donde procede el actual nombre de Medellín.

 

Estatua de Quinto Cecilio.Foto: Oficina de Turismo de Medellín

Medellín, agricultura y minería

Asimismo, Tomás García Muñoz, cronista oficial de la villa de Medellín y presidente de la Asociación Histórica Metellinense, apunta que Metellinum “fue fundada como campamento militar (unos 54 años antes que Augusta Emerita, la actual Mérida) por el cónsul Quintus Caecilius Metellus Pius, para controlar uno de los principales puntos de vadeo del cauce del río Guadiana y explotar un territorio rico en recursos agrícolas y mineros”.

“El papel de Quinto Cecilio Metello Pío en Hispania hay que enmarcarlo en la guerra que se libra en Roma entre los partidarios de Mario (populares) y los de Sila (optimates, a los que pertenece Quinto Cecilio)”, según indica Salvadora Haba Quirós, autora del libro “Medellín romano: la colonia ‘Medellinensis’ y su territorio”.
“La guerra en Hispania entre Sertorio y Quinto Cecilio es una continuación del conflicto de la metrópolis. De los tres campamentos extremeños fundados por Quinto Cecilio (Metellinum, Castra Caecilia y Vicus Caeciluus) solamente Metellinum se convirtió en una colonia y continuó su vida como ciudad”, detalla la escritora.

Tras la época romana, vivieron en Medellín los visigodos. De este periodo es la necrópolis hallada en la zona conocida como “El Turuñuelo”, en cuyas tumbas se encontró un rico ajuar funerario con varias piezas de oro.
En el siglo VIII d.C., Medellín fue tomada por los musulmanes. En esta época se construyó en lo alto del Cerro del Castillo la primera fortaleza, que sería ampliada progresivamente.
En el siglo XIII la ciudad fue reconquistada por los ejércitos cristianos, vuelta a recuperar por los musulmanes y tomada de nuevo por los cristianos, hasta que en el año 1234 el rey Fernando III la incorpora definitivamente al reino de Castilla.

En 1485 nació en esta villa Hernán Cortés. Hoy, la plaza principal de Medellín lleva su nombre y en ella están los pocos restos que quedan de la que fuera su casa. Esta, junto con otras muchas del centro histórico, fue destruida por las tropas de Napoleón tras la batalla de Medellín del año 1809.
En el centro de la plaza hay una estatua “en honor al hijo ilustre de la villa y a pocos metros se encuentra el blasón mandado a hacer por el propio Hernán Cortés para la capilla santuario de sus padres, así como el dintel que coronaba la puerta de entrada de su casa”, cuenta Tomás García Muñoz, presidente de la Asociación Histórica Metellinense.

Además de visitar esta plaza, Adelaida Cebrián Castro, responsable de la Oficina de Turismo de Medellín, indica que cualquier viajero que llegue a este pueblo extremeño no debe perderse el teatro romano, el castillo, las iglesias de Santiago, San Martín y Santa Cecilia ni el puente barroco.

La joya del teatro romano

El teatro romano se encuentra en la ladera del Cerro del Castillo. Se estima que fue construido en torno al cambio de era (entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C.).

“Tenía capacidad para 3.200 espectadores. El graderío está perfectamente conservado, pues se preservan 800 sillares originales. Además, el teatro alberga excelentes esculturas y diverso material decorativo que fue encontrado durante las excavaciones”, señala Adelaida Cebrián. Asimismo, precisa que la Iglesia de Santiago, ubicada en las inmediaciones del teatro, se construyó entre los siglos XIII y XVII. A finales del siglo XIX quedó abandonada y nunca más volvería a ser una parroquia.

Vista aérea del teatro de Medellín. Foto: Oficina de Turismo de Medellín

 

Hoy acoge el centro museográfico local, donde se explica, mediante paneles informativos, la evolución histórica de Medellín y se exhiben varios elementos arquitectónicos extraídos del área del teatro romano. El cerro en cuya ladera se encuentran tanto el teatro romano como la Iglesia de Santiago está coronado por un impresionante castillo medieval.

Se trata de una robusta fortaleza dividida en dos grandes patios que data del siglo XIV. El castillo actual se levanta sobre los cimientos de una alcazaba musulmana de la que quedan algunos fragmentos de tapial y un aljibe. El interior de la fortaleza alberga los restos de la antigua iglesia de Santa María del Castillo.
En la actualidad, la única iglesia que sigue operando como parroquia en Medellín es la de Santa Cecilia, construida en el siglo XVI.
Por su parte, la Iglesia de San Martín dejó de ejercer como parroquia a principios del siglo XX y, por el momento, se encuentra cerrada al público. En su interior se conserva la pila en la que Hernán Cortés recibió el bautismo.

Medellín y América Latina

Por ser el pueblo natal de Hernán Cortés, Medellín tiene fuertes vínculos con América Latina. Está hermanado con las ciudades mexicanas de Tlaxcala, La Antigua y Paso de Ovejas. Además, se encuentra en trámites de hermanamiento con la Medellín colombiana. Visitar Medellín equivale a dar un paseo por la historia. Puede hacerse en cualquier época del año aunque hay que tener en cuenta que durante julio y agosto las temperaturas suelen ser bastante altas.

“Los meses más agradables son desde abril hasta junio, junto a septiembre y octubre”, comenta Adelaida Cebrián.
“En verano, a pesar del calor, es cuando se celebran los conciertos y el festival de teatro clásico en el interior del teatro romano, lo que constituye un gran atractivo. Además, Medellín cuenta con una playa fluvial a orillas del Guadiana en la que darse un agradable baño y disfrutar de tapas y raciones en sus chiringuitos”, concluye.

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Fuente: EFETUR, Agencia EFE.

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