Vino y gastronomía, dos campos de éxito para las mujeres

Los vinos, la pasión de Bibi García

Bibi García estudió química porque pensaba dedicarse al mundo del perfume, pero cuando estaba finalizando sus estudios se topó con la asignatura de química agrícola, que le pareció “preciosa”; de ahí a un máster de viticultura y a su primera vendimia, en la Rioja Alavesa, un mundo que “tiene que enamorarte”, porque es “muy duro”.

La enóloga Bibi García. Foto: cedida por Bodega Los Aguilares.

Cree que es una profesión muy ligada a la creatividad, especialmente en bodegas no muy grandes como la que ella gestiona en Ronda (Málaga), Pago de los Aguilares, donde produce 100.000 botellas de tintos tranquilos con DO “Sierras de Málaga”.
Aunque tuvo más compañeras que compañeros en su máster de enología, asegura que muchas “se han caído” por la dificultad para conciliar y, aunque son “mayoría, en los puestos de responsabilidad no están”.

Esther Lorente: Una emprendedora en torno al turismo y la restauración rural

También muy vinculada al mundo del vino, como no podía ser de otra forma en La Rioja, Esther Lorente se ha afanado por poner el valle de Cidacos en el mapa del turismo rural y el enoturismo.
Así nació Riojania, un proyecto que inició con la rehabilitación de unos refugios de pastores en el monte como alojamientos rurales, muy tradicionales pero con su espacio en las plataformas digitales de reserva; imparte cursos, ha abierto otros alojamientos en bodegas del siglo XVIII y un restaurante, y trabaja en la apertura de un hotel temático.

Reconoce que ha encontrado “frenos” para llevar a cabo sus proyectos en el mundo rural, donde es difícil hacer “algo distinto”, pero después de los años de recorrido y de algunos reconocimientos, como el Premio a la Excelencia en la Innovación de la Mujer Rural, sigue avanzando con sus nuevas propuestas.

Las mentes pensantes detrás de “Sushita”

Si has estado en Madrid de turismo, seguro que has pasado por algún restaurante de Sushita. O has visto sus productos en el supermercado.

Después de formar parte de un proyecto pionero de “delivery” de comida japonesa en los 90 en Madrid, Sandra Segimón se lanzó a la creación de su propio negocio, Sushita, cuyas bandejas de “sushi” hoy día están en la mayoría de los supermercados del país.

Las fundadoras de Sushita. Foto: cedida por la entidad.

Junto a otros socios (entre ellos, Natasha Apolinario), han dado el paso al mundo de la restauración, con cinco restaurantes de éxito en cuatro años ,y un sexto que abrirá en breve; tanto en la producción como en los restaurantes, destaca que la clave está en la calidad de los productos con los que fabrican sus platos.
Gestora de una empresa en la que el 60 % de la plantilla de 300 personas es mujer, plantea que la solución está en la flexibilidad en los horarios, más fácil gracias a la tecnología; en el trabajo por objetivos y en las ayudas públicas para guarderías y para ayudar a hacer compatible de verdad trabajo y maternidad.

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Fuente: EFETUR, Agencia EFE.