El misterio está en la cima. Viaje al museo de James Bond


El nuevo museo de James Bond, está en la cumbre de una montaña en la misma zona en la que se filmaron algunas escenas de la película Spectre,  y tiene “licencia para enfriar”, según la revista estadounidense New Atlas, en un acertado juego de palabras con la “licencia para matar” atribuida en la ficción a los agentes ‘doble cero’ del Servicio Secreto británico.

El museo temático 007 Elements, accesible solo por teleférico y situado a 3.040 metros en la cima de la montaña Gaislachkogl, en la localidad de Solden (Tirol, Austria), probablemente figure entre los más elevados, sorprendentes e inhóspitos del mundo, debido a su singular edificación de hormigón que parece colgar de la ladera y a que no tiene climatización pese a su entorno extremo.

Imagen del teleférico y las instalaciones del Museo James Bond en el Tirol, Austria. Foto: Christoph Nosig (007 ELEMENTS)Imagen del teleférico y las instalaciones del Museo James Bond en el Tirol, Austria. Foto: Christoph Nosig (007 ELEMENTS).

“La decisión de no incluir calefacción o ventilación en él se tomó desde el principio del proyecto para no afectar el permafrost (capa de suelo congelado de forma permanente) sobre el que está construido, garantizando que no se transfiera calor a la base del edificio”, explica a Efe Sarah Calam, responsable de comunicación de este museo. “Su temperatura está estabilizada en un grado centígrado para no afectar el permafrost, añade.

Viaje al mundo de James Bond

Son nueve los espacios dentro del edificio: el barril de la pistola, la plaza, el vestíbulo, la guarida, la sala de información, el laboratorio experimental, el salón de acción, la sala de proyección y la galería del legado.

“En ellos exploran la realización de las películas de James Bond con un enfoque muy especial en Spectre”, según Calam.

Sala de reunión de los espías en el Museo de James Bond en las montañas austríacas. Foto: Kristopher Grunert (007 ELEMENTS)Sala de reunión de los espías en el Museo de James Bond en las montañas austríacas. Foto: Kristopher Grunert (007 ELEMENTS).

“En el 007 Elements los visitantes efectúan un viaje con todos los sentidos, que incluye emotivos paisajes sonoros, una espectacular iluminación programada y proyecciones visuales de alta calidad, y se ven inmersos en el mundo del agente secreto británico al mismo tiempo que descubren cómo se crea ese mundo”, indica la portavoz.

Al museo le dan vida las experiencias fundamentales de las películas de James Bond, utilizando tecnologías innovadoras, presentaciones teatrales e instalaciones interactivas, adelanta desde este museo, sin dar demasiadas pistas sobre sus contenidos para no arruinar el efecto sorpresa, ingrediente fundamental del mundo del mítico agente secreto “al servicio de su Majestad”.

Una extensión del duro entorno

Los autores del diseño arquitectónico, el estudio el estudio Obermoser Arch-Omo  explican que otra de las razones por la que no se utiliza calefacción ni aire acondicionado, es para que los visitantes del museo experimenten la instalación como una extensión del duro medioambiente donde está construida.

Este estudio tiene experiencia en proyectos de alta montaña, ya que ha diseñado el cercano restaurante ice-Q situado en la parte superior de un remonte (telesilla) en el pico Gaislachkogl.

Cristaleras y exteriores de las montañas que rodean al Museo de James Bond en Austria. Foto: Kristopher Grunert (007 ELEMENTS)Cristaleras y exteriores de las montañas que rodean al Museo de James Bond en Austria. Foto: Kristopher Grunert (007 ELEMENTS).

El restaurante ice-Q apareció como la futurista Clínica Hoffler en la vigesimocuarta película de James Bond, Spectre, dirigida por San Mendes y protagonizada por Daniel Craig.

En esta misma zona montañosa y en el valle Ötztal se desarrollaron en invierno unas espectaculares escenas de persecución y acción en una decena de localizaciones, en las que Craig enfrentó a los malvados agentes de la organización Spectre, liderada por el actor Christoph Waltz.

A más de 3.000 metros sobre el suelo helado

“Durante el invierno, la gente podrá visitar esta instalación situada a 3.040 metros sobre el nivel del mar, con sus botas y ropa de esquí o de montaña, dejando sus equipamientos afuera y caminando directamente por el interior diseñado por la firma Optimist “, informa Calam a Efe.

Añade que el museo está armonizado visual y estéticamente con el restaurante ice Q y con la también vecina estación de telesilla, en la que se desarrolla una de las secuencias alpinas del filme y que también ha sido diseñada por Obermoser Arch-Omo.

Las tres edificaciones se sitúan sobre el permafrost, a más de 3.000 metros de altura y en una zonas de fallas geológicas expuesta a las inclemencias del pico, lo que representó importantes desafío de diseño y construcción, según este estudio.

Una de las salas que explican el laboratorio de productos que fabrican para el espía más famoso del mundo, en el interior del Museo de James Bond en las montañas del Tirol, en Austria. Foto: Kristopher Grunert (007 ELEMENTS)Una de las salas que explican el laboratorio de productos que fabrican para el espía más famoso del mundo, en el interior del Museo de James Bond en las montañas del Tirol, en Austria. Foto: Kristopher Grunert (007 ELEMENTS).

“La instalación 007 Elements, que se ha abierto este año, es una asociación entre la productora de cine Eon y los estudios cinematográficos Metro-Goldwyn-Mayer, que poseen conjuntamente los derechos de las películas de James Bond, y la compañía de teleférico Bergbahnen Sölden, propietaria del edificio”, informa Sarah Calam a Efe.

En el diseño de la construcción participó Neal Callow, director artístico de las películas Casino Royale, Quantum of Solace, Skyfall y Spectre, y que está inspirado en el trabajo del fallecido diseñador cinematográfico Ken Adam.

Fue concebido como un entorno tipo James Bond para que los visitantes se sientan como si estuvieran caminando por el mundo del Agente 007.

Hormigón, vidrio y acero

Los imponentes ángulos de la arquitectura del museo enmarcan el impresionante panorama montañoso, y sus grandes ventanales ofrecen vistas sobre los Alpes de Ötztal y las localizaciones utilizadas en la producción de Spectre.

La mayor parte de la instalación, a la que se llega mediante el teleférico Gaislachkoglbahn, deja expuestos solo la entrada, la salida, dos ventanas proyectadas y su plaza, lo cual provoca un impacto visual bajo en el entorno montañoso, según sus responsables.

Las instalaciones ocupan un volumen de 9.000 metros cúbicos y una superficie de suelo de 1.300 metros cuadrados, se ha empleado una paleta reducida de materiales arquitectónicos como el hormigón, el acero y el vidrio, acorde a la moderna identidad de marca de 007.

Una vista exterior de las instalaciones del Museo de James Bond en las montañas austríacas.Foto: Christoph Nosig (007 ELEMENTS)Una vista exterior de las instalaciones del Museo de James Bond en las montañas austríacas. Foto: Christoph Nosig (007 ELEMENTS)

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