Alojamientos con aroma a setas
Pero antes, ¿cómo preparar un finde micológico?
Antes de emprender el viaje, recomendamos meter en el equipaje una navaja con la que cortar los ejemplares que se encuentren por el campo y una cesta de mimbre para portarlos -y facilitar que se esparzan las esporas-. También es imprescindible un libro que ayude a reconocer las especies comestibles porque, según lamenta el doctor Gonzalo Guerra Flecha, fundador y hepatólogo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), cada año se producen en España “unos 400 casos graves de intoxicaciones” por consumo de setas tóxicas, que provocan vómitos y diarreas e, incluso, la muerte.
También es necesario informarse sobre el permiso pertinente fijado por cada comunidad autónoma, que puede ir desde una licencia específica hasta un límite de kilos por persona y día según la estación del año.
Además, no debemos olvidarnos de que la máxima de cualquier recolector micológico que se precie es dejarlo todo tal y como lo encontró. Por eso, las setas han de ser recolectadas mediante un corte limpio en la base, evitando en todo momento causar cualquier desperfecto alrededor. No se debe realizar el corte con rastrillos, palas o azadas ya que, según los expertos, pueden ocasionar daños irreparables en el sistema de micelios de las setas, destruyendo así su sistema reproductor. Ahora sí, están listos para salir a recolectar setas:
Dormir entre setas
Finca Fahala, Cártama (Málaga)Entre los alojamientos que recomienda el portal de reservas de establecimientos Pitchup.com para los amantes de la micología está la Finca Fahala, en Cártama. Está ubicada en los alrededores de la Sierra de las Nieves, al oeste de la provincia de Málaga, un espacio natural en trámites de convertirse en el decimosexto parque nacional de España por su rico ecosistema, idóneo para la recolección de setas. Y es que los bosques de abetos de esta zona esconden hasta 400 especies de hongos identificadas, con especial protagonismo del níscalo, la seta de cardo o el parasol.
A unos 30 kilómetros del acceso a la Sierra de las Nieves por el municipio malagueño de Tolox se halla este alojamiento perfecto para los amantes del glamping. Su oferta se compone de tres caravanas, dos tiendas piramidales y una yurta con capacidad para dos, cuatro o seis personas. Además, para los micoturistas, el alojamiento ofrece menús de temporada o, si se prefiere, una cocina totalmente equipada en la que transformar las setas recolectadas en un rico plato micológico.
Camping Urbión, Abejar (Soria)
Los amantes de los níscalos pueden optar por una estancia en el Camping Urbión, ubicado en Abejar (Soria), muy próximo a los bosques de San Leonardo y Navaleno. Se trata de un entorno cuyas excepcionales condiciones climáticas y de humedad llevaron a la apertura en esta zona, hace ya once años, del popular Centro Micológico de Navaleno, que organiza rutas micológicas por los alrededores. A poco más de 15 minutos en coche del centro se encuentra el cámping, entre los Picos de Urbión y el embalse Cuerda del Pozo, que durante el otoño atrae a los amantes de las setas para que recorran la zona en bicicleta. Además, el restaurante ofrece platos castellanos, una comida tradicional que suele dar cabida en sus menús a los lactarius y los boletus típicos de la Comarca de Pinares.
Camping Valle de Hecho, Hecho (Huesca)
También el Cámping Valle de Hecho, en la localidad de Hecho (Huesca), es recomendable para los amantes de las setas. Y es que el Valle de Hecho, abrazado por antiguas calzadas romanas e imponentes paisajes, se presenta como una de las mejores zonas de los Pirineos oscenses para practicar micoturismo. Concretamente, el establecimiento de montaña gestiona los permisos necesarios para recolectar hasta diez kilos de setas por los alrededores durante los meses de otoño. Las parcelas para tiendas de campaña y caravanas están inmersas en la naturaleza e invitan a disfrutar, no sólo de paseos micológicos, sino también de un rato de pesca sin salir del camping.
Hotel Fuerte Grazalema, Grazalema (Cádiz)
También se puede aprovechar un fin de semana para descubrir la riqueza micológica de la Sierra de Grazalema. Este enclave gaditano, caracterizado por sus lluvias y suaves temperaturas, presume de la diversidad de un terreno que contribuye a dar vida a una amplia variedad de especies como boletus, cañaheja, yema de huevo (amanita caesarea), seta de cardo o champiñón silvestre, entre otros.
Tras un paseo por este paraje, también se pueden degustar esas delicias en el restaurante De la Tierra del hotel Fuerte Grazalema, que estos días ofrece especialidades como arroz con setas, sopas y cremas de setas, así como sus famosos revueltos de setas que se pueden aderezar con ibéricos de la zona.
Gastronomía en el restaurante del Setas en la Sierra de Grazalema. Foto: Cedida por hotel Fuerte Grazalema. Foto: Cedida por el hotel
Basoa Suites, Lizaso (Navarra)
Desde My Different Place invitan a pasar la noche en la copa de un roble centenario, en la Basoa Suites, en Lizaso (Navarra), que brinda la posibilidad de dormir en una cabaña de madera con baño, calefacción y una terraza con vistas panorámicas. Ya por la mañana, los huéspedes pueden deleitarse con un desayuno a base de productos naturales y cava subido en cesta de mimbre mediante una polea.
La experiencia se puede completar con una ruta por el cercano Valle de Ultzama, un parque micológico que acoge anualmente a multitud de aficionados que pasean por aquí en busca de ejemplares comestibles.
Para garantizar el respeto al entorno, el Ayuntamiento de Ultzama asesora a los viajeros para que realicen un aprovechamiento micológico sostenible, a través del equilibrio entre la recolección y la producción de setas. Además, desde distintos puntos de la zona se organizan visitas guiadas para aprender más sobre la riqueza micológica de los alrededores.
El Tejar de Miro, Ceadea (Zamora)
En Ceadea (Zamora) los micoturistas pueden apostar por una estancia en el El Tejar de Miro, un alojamiento recomendado por Tuscasasrurales.com desde el que se organizan rutas y actividades micológicas por los bosques de robles y jaras de la zona. Y es que, muy cerca de aquí se encuentra el municipio de Rabanales, muy popular por la riqueza de sus tierras, en las que abundan especies como el boletus o la amanita caesarea.
El hotel rural, con categoría de cuatro estrellas, está rodeado de naturaleza y dispone de cinco habitaciones dobles -dos de ellas suites-, salón y un amplio jardín. Además, ofrece a sus clientes la posibilidad de degustar la gastronomía de la zona en su restaurante, disfrutar de un museo interactivo que homenajea las tradiciones del pueblo en épocas pasadas, y adentrarse en las excursiones más interesantes que ofrecen los alrededores.
Casa Rural Pico de Urbión, Duruelo de la Sierra(Soria)
Y terminamos en la Casa Rural Pico de Urbión, en Duruelo de la Sierra, en la comarca de Pinares, una popular zona micológica de la provincia de Soria para aquellos que deseen toparse con especies como el boletus edulis, el níscalo, la seta de cardo, el perrechico o la senderilla.
Tras un largo día buscando setas, los viajeros pueden reposar en este alojamiento rural de cuatro estrellas integrado en la naturaleza. Esta casa de tres plantas tiene capacidad para 14 personas, por lo que es perfecta para una escapada entre amigos; y pone a disposición de los huéspedes seis habitaciones con baño integrado, camas supletorias, sala de estar, comedor, cocina, biblioteca con chimenea y jardín. Además, el alojamiento dispone de un restaurante especializado en cocina tradicional de la comarca, en el que probar, a buen seguro, la mejor versión de las setas de la zona.
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