¿Sabes cómo es el viajero rural sénior?

Es la primera vez que se elabora un estudio sobre los hábitos y el comportamiento del viajero rural sénior, cuyos resultados hablan de un turista que valora el trato personalizado, la accesibilidad del espacio y  la buena cocina.

El Observatorio del Turismo Rural, de Escapada Rural, ha realizado un estudio por encuestas a más de 4.500 turistas rurales séniors, mayores de 50 años, para conocer sus gustos, disgustos y preferencias, así como sus hábitos de consumo en relación al propietario rural.

¿De dónde procede y cómo planifica sus escapadas?

Los turistas rurales séniors suelen proceder de las Comunidades Autónomas y núcleos de población más alta, y que mayor número de viajeros emiten al año:  Cataluña (25 %), Madrid (22 %), Comunidad Valenciana (11 %), Andalucía (10 %) y País Vasco (11 %).

Mientras que el 46 % reserva sus escapadas online, el 35 % lo hace por teléfono y el 20 % por email. A la hora de escoger destino, el 88 % de los turistas rurales séniors se dejan orientar por medios de comunicación y portales especializados, donde el 62 % indica que los blogs de viaje son su fuente frecuente de información, y el 24 % se deja aconsejar por amigos y conocidos, frente a los que recurren a Facebook (14 %) o YouTube (6 %).

¿Cuáles son las razones por las que practica turismo rural?

Principalmente, porque percibe el turismo rural y sostenible como la mejor forma de conocer la cultura y la gastronomía locales (55 %), además de una mejor relación calidad-precio (35 %) y de una cuestión que el 48 % estima como una ventaja: el trato personalizado con el propietario del alojamiento que contrata.

En general, aprecian un buen trato, la comodidad del espacio tanto en términos de movilidad como para los espacios comunes y un buen servicio de cocina. Las motivaciones del mencionado viajero para practicar el turismo rural son conocer pueblos bonitos, descubrir rincones naturales, encontrar ofertas con precios especiales y disfrutar de la gastronomía local.

Vista del Embalse de Orellana, en Badajoz, ejemplo de turismo rural y sostenible. Foto: EFETUR/Sofía Torres.

¿A qué destinos y con quién viajan?

Los destinos favoritos son Castilla y León, seguida de Cantabria y Asturias, o Aragón. Según el estudio, el 61 % de los encuestados señalaban que prefieren hacer turismo rural fuera de su Comunidad Autónoma -este grupo es, además, el más previsor a la hora de reservar sus viajes-, frente al 36 % que elige practicar el rural en su propia comunidad y solo un 3 % que escoge destinos internacionales en sus vacaciones – estos se anticipan lo justo para reservar sus alojamientos rurales en función de la compañía-.

Los mayores aficionados al turismo rural prefieren viajar con sus parejas (33 %) antes que con la familia más próxima (27 %) o con un grupo de amigos (22 %). Los turistas séniors que viajan con su pareja valoran, sobre todo, la amabilidad del propietario (58 %), el servicio de comidas (32 %), el equipamiento y los servicios de bienestar (31 %).

los que prefieren viajar con su familia más cercana valoran unas instalaciones accesibles y seguras (47 %) o adaptadas a personas de movilidad reducida, además de la amplitud de los espacios comunes (44 %) y la amabilidad del propietario (34 %), seguido de la posibilidad de alojarse con sus mascotas y que, entre la oferta, existan actividades para niños.

Turismo rural en familia. Foto: Pexels

¿Qué presupuesto contempla y cuándo practica turismo rural?

A la hora de comer fuera, algo que se presenta como uno de los puntos clave del turismo rural para el viajero sénior- ya que supone un acercamiento a la gastronomía local- el precio medio que paga es de 28 euros. El gasto promedio por alojamiento es de unos 39,5 euros por persona al día, un precio que asciende ligeramente cuando el turista rural sénior viaja con la pareja, y desciende en el caso de viajes con la familia y los amigos.

El estudio muestra que el turista rural mayor de 50 años suele viajar en función de los aspectos meteorológicos, por lo que emprende sus escapadas los fines de semana de primavera (60 %) y otoño (47 %), para dejar de viajar en  invierno (18 %) o verano (22 %), a pesar de que este último se erige como el bloque estacional preferido para viajar.

Otro momento en que suelen emprender sus escapadas son la Semana Santa (32 %), los puentes y días festivos de su propia Comunidad Autónoma (42 %), la Navidad, el puente del 1 de mayo, el de Todos los Santos, El Pilar y La Purísima.

¿Por qué y cómo el sector turístico debe potenciar este target?

El viajero rural mayor de 50 años practica el turismo rural y sostenible con mucha más frecuencia de escapadas que el turista rural convencional, pues reparte proporcionalmente sus viajes entre los fines de semana y las estaciones del año. Al ser la primavera y el otoño las épocas favoritas para viajar,  sus hábitos de consumo rompen con la estacionalidad de la que suele depender el sector turístico español.

Los propietarios del sector rural podrían llegar a adaptarse al viajero rural sénior y, de esa forma, mejorar su oferta y hacer feliz a la demanda, pues se hace notar un alto grado de exigencia en calidad para ciertas cuestiones como la accesibilidad, el trato personalizado, y la relación calidad-precio, etc., de las que este turista no desea prescindir.

Entre las desventajas que señalan los encuestados, muchos de ellos en situación de jubilación, se encuentran -en orden descendente- el inconveniente de tener que desplazarse en coche (34 %), la inexistencia de la oferta de servicios complementarios (30 %), la complicación asociada a la contratación de paquetes turísticos (28 %), la poca profesionalidad del servicio, el menor grado de intimidad ligado a los alojamientos, y un menor grado de comodidad.

Imagen de una de las calles de alojamientos rurales de un pueblo de Badajoz. Foto: EFETUR/ Sofía Torres.

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