Consejos para soportar el calor en el Camino de Santiago en verano






Es importante que si hacéis el Camino de Santiago en verano, tengáis en cuenta la estación para preparar la mochila y planificar las jornadas.




Si bien el verano es un buen momento para hacer el Camino de Santiago, es una navaja de doble filo. Mientras que la mayoría de las veces no nos encontraremos lluvia o frío, es evidente que hay días que el sol aprieta demasiado. Es en estos días cuando a veces nos arrepentimos de hacer el Camino en esta época. Pero con algunos consejos y trucos podemos suavizar un poco la dureza de estos días. Podremos soportar el calor del verano con mayor facilidad.
Es importante que si hacéis el Camino de Santiago en verano, tengáis en cuenta la estación para preparar la mochila. Es evidente que necesitaréis una buena protección solar para evitar las quemaduras. Recuerda también que el número de la crema solar no es su efectividad, sino el tiempo que dura la protección. Recuerda volver a ponerla incluso antes de lo indicado, ya que cuando sudas eliminas crema... También debes meter en tu mochila ropa fresca, calzado cómodo y gorras.

Lo mejor es madrugar

Cuando tenemos por delante una etapa corta de unos 20 o 25 kilómetros, no lo dudes. Para soportar el calor en el Camino lo mejor es madrugar e intentar hacer trayecto por la mañana. El sol no estará en su peor momento y si logramos hacer el recorrido del día por la mañana, tendremos toda la tarde libre para conocer los alrededores y el pueblo al que lleguemos. Evitaremos, o al menos lo intentaremos, estar caminando en las peores horas. Haz el trayecto por la mañana y no camines a las 3 o 4 de la tarde, cuando el sol más aprieta. Los expertos recomiendan, en estos días, hacer la mayor parte de la actividad en las tres horas posteriores al amanecer. Si la etapa es muy larga, de 40 kilómetros, piensa o planifica hacerla en dos jornadas.

Hay que beber mucha agua

Aunque seas una persona de beber poco... tienes que hacerlo. Si haciendo el Camino a temperatura normal es recomendable beber, cuando lo haces en verano debes incrementar la cantidad. En verano la temperatura es muy superior y por lo tanto aumenta la sudoración y la pérdida de líquido. Lo mejor es beber un poco cada 15 minutos, si dispones de una pequeña botella. Al final del día, debes haber bebido alrededor de 1 litro de agua por kilogramo perdido en la actividad. Antes de las peores horas solares, puedes pre-hidratarte e intentar beber más agua. Para evitar la pérdida de sales minerales en exceso, comprar algunas bebidas isotónicas.

Siempre con gorra y ropa transpirable

Una buena elección de la vestimenta es primordial. Los días de sol siempre ropa ligera, siempre intenta llevar ropa que transpire bien. Esto permite que el sudor se evapore y no se quede pegado a la ropa, mojando la camiseta o el pantalón. En cuanto a la cabeza, siempre caminar con gorra o sombrero. Las quemaduras en la cabeza son muy dolorosas, y son habituales si tenemos escasez de pelo o es muy rubio. Si pasas por una fuente con agua fresca, un río, un embalse... una de las cosas más refrescantes durante bastante tiempo es empapar la gorra y ponerla sobre nuestra cabeza. Con respecto a la ropa y a las rozaduras, los expertos recomiendan usar vaselina en axilas, muslos y pezones.

Limita el ritmo los días de calor

Aunque la tendencia es correr y terminar cuanto antes con el Camino bajo el sol abrasador, no lo hagas. Una vez que no hemos podido evitar caminar en las peores horas, debes bajar el ritmo. Cuanto más esfuerzo, más temperatura corporal y más deshidratación. Lo mejor es reducir el ritmo y hacer un esfuerzo menos intenso. No intentes mantener el ritmo de días en los que no hace calor, ya que es un sobreesfuerzo que el cuerpo no debe aguantar. Como hemos dicho, puedes dividir la etapa en dos si es necesario. Lo más importante es hacer caso a tu cuerpo y guiarte por las sensaciones.
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