Turismo cinematográfico: caminos de tinta y celuloide
Aunque para desgracia de los seguidores de la escritora Eva García Sáenz de Urturi, el Kraken no se transfigure en carne y hueso, al menos podremos perdernos por Vitoria para seguir las huellas que dicho personaje dejó en El silencio de la ciudad blanca.
Un éxito de ventas y de lectores que ha aumentado la pasión turística por la capital alavesa, que acogerá este agosto el rodaje de la película basada en una novela que ya va por las 35 ediciones y ha sido traducida a cinco idiomas.
Primer volumen de la trilogía La ciudad blanca, la trama trascurre entre la Catedral Vieja, las fiestas de La Blanca, la bajada de Celedón o la Procesión de los Faroles. La Casa del Cordón, la ermita de Marquinez, el monte Gorbea o la Plaza de la Virgen Blanca serán otros de los lugares de rodaje de esta historia que se salpica de los mitos y leyendas de Álava.
Otros escenarios narrativos
Es decir, se convertirán en hitos en la cartografía con sabor a tinta y celuloide y se volverán lugares de peregrinaje turístico como ya ha sucedido con otra trilogía española de éxito, la del Baztán, de la escritora Dolores Redondo. Rodado también para el cine su primer volumen –El guardián invisible-, sus escenarios narrativos se han sumado a la lista de atractivos turísticos de Navarra.
El Valle del Baztán, Elizondo, el rio y los bosques, sus tradiciones en forma de repostería o sus resortes culturales mágicos han convertido a sus seguidores en buscadores de senderos, del molino el infierno, el embalse de Leurtza o el Señorío de Bertiz.
Pero no toda esta cartografía cinéfila y literaria se refiere a tramas contemporáneas. Otra famosa saga -la del capitán Alatriste, de Arturo Pérez Reverte– ha dado pie a rutas en las que se recorren los lugares reales, o sus vestigios, de sus aventuras.
Diego Alatriste y Tenorio, soldado veterano de los tercios vive en el Madrid del XVII, así que la ronda del turista bibliófilo y cinéfilo se acerca a la Taberna del Turco, a la calle de la Pasa o la plazuela de Cordón, donde se llegaron a organizar visitas teatralizadas. E incluso puede trasladarse a los lugares donde se rodó su versión cinematográfica, como el casco histórico de Úbeda, donde tuvieron lugar duelos de espada. O la playa de Valdevaquero, donde recaló un galeón de 30 metros de eslora, o Sevilla, donde centenares de extras vivieron días de mercado. Opciones éstas últimas que recoge el Plan de turismo cinematográfico de Andalucía.
Un plan, por otra parte, que también permite seguir los pasos de El Camino de los Ingleses, de Antonio Banderas, rodada en Málaga; los de El corazón de la tierra de Antonio Cuadri, rodada en la zona minera de Riotinto y la playa de Mazagón en Huelva; y los de La Isla Mínima o Juego de Tronos, ambas rodadas en la provincia de Sevilla.
Ferrocarril Turístico Minero en Riotinto, Huelva. Foto. Cedida por el Parque minero de Riotinto
La atracción de la Castilla recia y la pasión por la caza dieron pie a las rutas Delibes, que inspiradas en sus textos han recorrido pueblos de Valladolid, con la letra D grabada en piedra como señales gráficas de esa traslación desde la tinta a la tierra.
Uno de los recorridos a lomos de las palabras de Miguel Delibes lleva a sus fieles a Olmedo, Peñafiel, Puente Duero, La Mudarra, Castromonte… Planteadas como un homenaje al autor, aproximan al turista tanto al mundo de la caza como a esa fauna y flora con aroma a tomillo.
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