Irlanda, donde se funden paisajes mágicos


La ruta costera más larga del mundo atraviesa Irlanda de norte a sur: un trayecto de 2.500 kilómetros que recorre la costa atlántica de la isla, desde el cabo de Malin Head, al norte, en el condado de Donegal, hasta el puerto de Kinsale, al sur, en el condado de Cork.
A lo largo de Wild Atlantic Way se encuentran algunas de las localizaciones naturales más destacadas de Irlanda, como los espectaculares acantilados de Moher, en el condado de Clare, la península de Dingle o el anillo de Kerry, en el condado del mismo nombre, o islas como las Blasket Islands o las Skellig Islands, con Skellig Michael como una de las joyas de la costa irlandesa.

Irlanda: acantilados míticos y tradición

El espectacular paisaje de acantilados de vértigo y playas vírgenes se mezcla con la explosión de tradición y cultura celta en los pueblos y ciudades costeros, desde la bohemia y creativa Galway a los recónditos lugares que guardan la esencia gaélica.
El límite noroccidental de la ruta costera del Atlántico, el condado de Donegal, destaca por su naturaleza, desde los muros verticales de granito de Slieve League, uno de los acantilados más altos de todo Europa, hasta la aurora boreal que se puede contemplar en el invierno.
Con una altura que alcanza los 600 metros en su punto más elevado, los acantilados de Slieve League son tres veces más altos que los de Moher, y en un día claro se pueden observar la bahía de Donegal y la montaña de Ben Bulben, que se extiende por los condados vecinos de Leitrim y Sligo.
Situado en el extremo de la península de Inishowen, Malin Head es el punto más al norte de la isla de Irlanda, con un paisaje impresionante esculpido por la fuerza del océano Atlántico en el que destaca Hell’s Hole (agujero del infierno), una larga cavidad, profunda y estrecha, en la que las olas rugen con toda su fuerza.
La costa atlántica de Irlanda alberga los paisajes más bellos y espectaculares de la isla. Foto: Turismo de Irlanda
La costa atlántica de Irlanda alberga los paisajes más bellos y espectaculares de la isla. Foto: Turismo de Irlanda
Si hay un enclave privilegiado en la ruta costera del Atlántico, sin duda lo representan en el condado de Clare los acantilados de Moher, reconocido como Geoparque Global de la Unesco, junto al impresionante paisaje pedregoso de El Burren.
Con más de 300 millones de años de antigüedad, los acantilados de Moher son las estructuras rocosas más antiguas de la isla, un impresionante paisaje que se extiende ocho kilómetros al borde del océano Atlántico y que, en su punto más elevado, alcanzan una altura de 214 metros, desde donde se divisan las islas Aran, la bahía de Galway o el condado de Connemara.
Con apenas 80.000 habitantes, Galway es la cuarta ciudad en tamaño del país, y sin duda la más bohemia y dinámica, especialmente en verano, cuando acoge el Fringe, un festival de artes visuales e interpretativas que está considerado uno de los principales acontecimientos culturales europeos.
En pleno corazón de la ruta costera, Galway, reconocida por la Unesco como Ciudad del Cine, es uno de los mejores lugares para disfrutar de la cultura irlandesa y de la gastronomía, con importantes festivales culinarios dedicados a productos del mar como las ostras y el marisco.

Kerry: el rincón más bello de Irlanda 

Situado en el extremo suroeste del país, en Irlanda el condado de Kerry es conocido como El Reino y no le faltan méritos para serlo: el espectáculo de sus paisajes costeros, la península de Dingle, el anillo de Kerry o el parque nacional de Killarney hacen de él un lugar de extraordinaria belleza inmortalizado en el cine y en la literatura.
La importancia de la tradición musical celta, la conservación del idioma nativo de la isla y el dominio que el equipo del condado mantiene en la competición de uno de los deportes nacionales, el fútbol gaélico, refuerzan el simbolismo de Kerry, el lugar que con sus montañas, lagos y costas se ha convertido en la imagen de Irlanda.
Una de las poblaciones que recorre la carretera costera más larga del mundo, la Wild Atlantic Way, por Irlanda. Foto: Turismo de IrlandaUna de las poblaciones que recorre la carretera costera más larga del mundo, la Wild Atlantic Way, por Irlanda. Foto: Turismo de Irlanda
Dingle es una pintoresca localidad pesquera que se ha convertido en centro de la tradición musical y gastronómica de la península a la que da nombre y en uno lo de los lugares más reconocibles de Kerry. La zona cuenta con una de las comunidades más grandes de hablantes de irlandés o gaélico en todo el país y es famosa por los festivales de música celta y sus tradicionales pubs.
Desde Slea Head, el punto más destacado de la costa de Dingle, se puede observar el archipiélago de las Islas Blasket, deshabitadas desde mediados del pasado siglo
Algo más al sur, la ruta por el anillo de Kerry, de 179 kilómetros y con principio y fin en Killarney, recorre la península de Iveragh, famosa por sus playas de arena blanca, entre las que destacan las de Derrynane, Rossbeigh y Ventry, y otros atractivos como la cascada Torc o los propios lagos del parque natural.
El parque nacional de Killarney, con 10,5 hectáreas de bosque, montañas y lago, es uno de los lugares más visitados de Irlanda desde que la reina Victoria de Inglaterra lo eligiera como lugar de descanso en el siglo XIX. El palacio en el que se alojaba, Muckross House, se conserva intacto, y el Mirador de las Doncellas, sobre el lago Lean, ofrece una de las panorámicas más bellas del paisaje de Kerry.
A unos 11 kilómetros de la costa, destacan sobre el océano las escarpadas islas Skellig, con Skellig Michael, la mayor de las dos islas, como la más icónica gracias al antiguo monasterio al que solo se puede acceder subiendo cientos de escalones tallados a mano en la roca, y que además de ser Patrimonio de la Humanidad de la Unesco es célebre por haber aparecido en las películas de la saga Star Wars.
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