Rías Baixas, un destino con historias


Con las historias que hay detrás de los muros de sus monasterios y entre las líneas magistrales de sus grandes literatos; las historias que custodian sus museos y las que se esconden tras sus costumbres y tradiciones. Quizá por eso la última campaña promocional creada por Turismo de Rías Baixas se desarrolla bajo ese eslogan: Somos historias.

Pero la naturaleza es, sin duda, uno de los principales activos de las Rías Baixas, esas áreas en las que conviven la belleza del paisaje y una enorme biodiversidad como la variedad de especies singulares que encontramos en lugares como la desembocadura del Miño (A Guarda, O Rosal y Tomiño); las Islas Cíes, en Vigo; el complejo intermareal del Umia (O Grove, Sanxenxo, Meaño y Cambados); la sierra de O Candán, en Forcarei; y el Parque de la Naturaleza del río Barosa, en Barro.

La naturaleza, la defensa y los más lejanos antepasados

La provincia de Pontevedra ha sido dotada por la naturaleza de una belleza especial, sin duda, pero es que además la historia la ha ido adornando con monumentos y otras muestras de la creatividad humana a lo largo de los siglos.

Por ejemplo, las edificaciones defensivas, las fortalezas y torres como el castillo de Soutomaior, construido en el siglo XII, que este año será musealizado. Pero hay más muestras, como el castillo de Sabroso o las Torres de Oeste, en Catoira, que fueron testigos de los desembarcos vikingos para asaltar Compostela, y otras edificaciones de vigilancia como la de A Lanzada, en Sanxenxo y la Torre de Sadurniño, en Cambados. Además, fortalezas del nivel de las de Salvaterra de Miño, Goián y Baiona, edificaciones que también reúnen los dos ingredientes: la monumentalidad y la historia.

El majestuoso castillo de Soutomaior y sus cuidados jardines rodeados por el verde paisaje pontevedrés. Foto: Efetur/Cedida por Turismo de Rías Baixas.Castillo de Soutomaior. Foto: Efetur/Cedida por Turismo de Rías Baixas.

Aunque mucha más encierran los yacimientos arqueológicos, que atesoran toda la historia de nuestros antepasados más lejanos. Los castros, por ejemplo, son un elemento esencial de la identidad pontevedresa y son, además, un recurso turístico indiscutible. Uno de los más importantes del noroeste de la Península fue, sin duda, el de Santa Trega, en A Guarda, sobre la desembocadura del Miño y dominando el Atlántico.

El castro de O Facho, en Cangas, suma al atractivo de los restos las extraordinarias vistas a las Islas Cíes y a las tres rías y el de A Lanzada también se ve enriquecido por el entorno, pues se encuentra junto a una preciosa ermita. Hay otra muestras de gran importancia como Alobre, en Vilagarcía de Arousa; Castrolandín, en Cuntis o el Monte do Castro, en Ribadumia.

Jardines y cementerios

Rías Baixas evoca paisaje, y si algo complementa, perfecciona incluso el paisaje de Pontevedra son sus jardines, como el jardín francés y el inglés del pazo-museo Quiñones de León, en Vigo, que datan del siglo XIX. Fundamental resulta el jardín del castillo de Soutomaior, que fue el primer conjunto de España declarado Jardín de Excelencia Internacional, así como el llamado Versalles gallego, los jardines del pazo de Oca, en A Estrada. Y existen otros muchos ejemplos, como el parque botánico de Caldas de Reis, a orillas del río Umia.

Pero si algo forma parte del paisaje en Rías Baixas son los monasterios, tanto de la costa como del interior. Edificaciones que encierran entre sus bastos muros muy buena parte de la historia de Galicia. Su monumentalidad y el esplendor que tuvieron en otros tiempos se perciben en ejemplos como el de Carboeiro, en Silleda; el de San Xoán de Poio; el de A Armenteira, en Meis; o el de Aciveiro, en Forcarei. Y si hay un ejemplo excepcional, ese quizá sea el cenobio de Santa María, en Oia, que se encuentra al borde del mar.

Y hay unas muestras de patrimonio en Rías Baixas (como en otros lugares de Galicia) que son singulares, casi específicas de la zona, son ciertos cementerios, pues en el resto de España muy pocos ejemplos existen que formen parte del patrimonio y los recursos turísticos como aquí. Ya sea por su monumentalidad, por su belleza, por la historia que atesoran o por otros motivos, hay algunos ejemplos imprescindibles en Pontevedra. Se trata, entre otros, de los de Pereiró, en Vigo; Santa Mariña Dozo, en Cambados; San Mauro, en Pontevedra; el cementerio inglés, en Vilagarcía de Arousa; Os Eidos, en Redondela y Furcos, en Cuntis.

Rías Baixas, tierra de mitos y leyendas

Galicia, y por tanto Rías Baixas, es tierra de mitos, de leyendas profundamente arraigadas en las costumbres y tradiciones del pueblo. Y muchas de ellas se celebran en fiestas de interés turístico, como sucede con la Romería Vikinga de Catoira, el Entroido de los Xenerais da Ulla, en Vila de Cruces, A Estrada y Silleda o las danzas tradicionales de toda la comarca de O Morrazo.

Una mujer y su hija admiran una escultura en el Museo de Pontevedra. Foto: Efetur/Cedida por Turismo de Rías Baixas.Museo de Pontevedra. Foto: Efetur/Cedida por Turismo de Rías Baixas.

Pero son muchas más, pues no hay que olvidar la Rapa das Bestas, la Arribada de Baiona, las alfombras florales de Ponteareas, la Reconquista de Vigo o la Feira Franca de Pontevedra. Y hay un lugar de referencia para quien quiere adentrarse en esas leyendas, en las costumbres de los antepasados, en el patrimonio inmaterial en definitiva: el centro Castrodeza, en Lalín.

Y, como en cualquier otro destino, los museos merecen una mención especial y el de Pontevedra se ha convertido en un espacio de una importancia que trasciende la provincia y en la ciudad de Vigo también hay varios espacios expositivos importantes. Y, como la gastronomía y la cultura del vino tienen un alto valor patrimonial en las Rías Baixas, también tienen presencia en los museos y espacios como el Centro de Interpretación do Viño e da Lamprea de Arbo, en Arabo, o el Museo Etnográfico do Viño en Cambados.

En las Rías Baixas hay también un importante patrimonio inmaterial que constituyen sus escritores y, sobre todo, las obras literarias que se han inspirado ya sea en la belleza de su paisaje ya sea en sus leyendas. Y parte de ese patrimonio son Valle-Inclán o Emilia Pardo Bazán. Y, según nos cuentan en Turismo de Rías Baixas, también Julio Verne, que incluyó en Veinte mil leguas de viaje submarino una visita del Nautilus a la ría de Vigo.

Una escultura con la imagen de Valle-Inclán en primer plano en una calle de Pontevedra. Este fue uno de los muchos escritores que vieron la luz en las Rías Baixas. Foto: Efetur/Cedida por Turismo de Rías Baixas.Valle-Inclán, uno de los muchos escritores que vieron la luz en las Rías Baixas. Foto: Efetur/Cedida por Turismo de Rías Baixas.

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