Ericeira, un templo del surf y rica gastronomía a menos de una hora de Lisboa


PACO COLOMINA

  • La calidad de sus olas hacen que sea un lugar especial para la práctica del surf.
  • La gastronomía, fundamentalmente el pescado y el marisco, es otro de los atractivos de la zona.
  • Una de las visitas ineludibles en la zona es el Palacio Nacional de Mafra.

Cualquier día del año es posible ver surfistas en las olas de Ericeira.

En 1910, los reyes Manuel II y Amelia d’Orleans abandonaron Portugal desde el puerto de Ericeira. De este modo, el país pasó del régimen monárquico al republicano. Si hoy regresasen a su punto de partida, no tardarían en ver en el agua, cerca de la costa, pequeñas tablas con gente subida encima de ellas a la espera de la ola perfecta. Y es que el surf es el presente en esta pequeña localidad a 49 kilómetros al norte de Lisboa e incluida en el Concelho de Mafra.

En octubre de 2011, tras presentar su candidatura, Ericeira fue reconocida como Reserva Mundial de Surf, la única existente en Europa en estos momentos. La organización Save The Waves Coalition dotó, de este modo, de protección especial a una franja de cuatro kilómetros de la costa norte de esta villa.

Cuatro kilómetros que incluyen siete olas de categoría mundial, desde Pedra Branca, al sur, hasta Sao Lourenço, al norte. Entre ellas Ribeira d’Ilhas, en la cual se suelen desarrollar campeonatos. La variedad y calidad de estas olas y del resto que hay en Ericeira lo convierten en un lugar especial para la práctica de este deporte y atraen cada año a surfistas de todo el mundo.

Pero la conexión entre Ericeira y el surf no es reciente, sino que se remonta a finales de los años 60 y principios de los 70. En esta época ya se podían ver surfistas, eso sí, mayoritariamente locales, en sus playas. Por otro lado, fue en 1977 cuando la localidad acogió el primer campeonato, en este caso nacional.

El Centro de Interpretación de la Reserva Mundial de Surf, inaugurado hace un año  y ubicado en el piso superior de la Oficina de Turismo, se ha convertido en visita obligada para conocer más respecto a la importancia de este deporte en la localidad.     

Surf por todas partes

Paseando por las estrechas calles de su centro histórico, entre casas blancas con ribetes pintados de azul, todavía se respira el pasado de un municipio íntimamente ligado a la pesca. Eso sí, hoy en día, el número de pequeñas embarcaciones que salen a faenar cada día, las cuales se pueden avistar desde la costa, se sitúa alrededor de las diez.

Mientras, cerca de 30 son las escuelas de surf que actualmente existen y que lo convierten en el lugar idóneo para un primer contacto con las olas. Los negocios relacionados con este deporte han tomado Ericeira. Multitud de tiendas de ropa, accesorios, hostales, restaurantes, bares… dirigidos a  surfistas han abierto en los últimos años.

Mucho más tiempo ha pasado desde que Miguel Kanzenstein y Nick Uricchio decidieron empezar a fabricar tablas de surf en la planta baja de una casa, al más puro estilo Bill Gates, en Ericeira. Así nació Semente hace 35 años. Por aquel entonces vendían sus productos a surfistas de Lisboa y Cascais. Fabricaban entre cinco y diez tablas al mes.

Hoy en día, producen entre 80 y 100 tablas mensualmente que se venden en Israel, Suiza, Alemania…Entre sus clientes, profesionales de talla mundial como Gony Zubizarreta.

No tanto tiempo hace que tres surfistas, Luis de Dios, Joao Parrinha y Xandi Kreuzeder, pusieron en marcha el proyecto Skeleton Sea. Su objetivo: concienciar sobre la necesidad de mantener limpios los océanos y mares. Para ello, organizan limpiezas en las playas. Limpiezas de las cuales obtienen los materiales con los que hacer sus esculturas. Deshechos convertidos en arte.

Mucho más que surf 

No obstante, tanto los amantes del surf como los que no lo son también tienen otros atractivos en la zona (www.visitlisboa.com) . La gastronomía, uno de los más sobresalientes. De hecho, Ericeira suele ser uno de los destinos elegidos por los lisboetas para disfrutar de buen marisco y pescado. Entre las especialidades, como el propio nombre de la localidad ya apunta, los erizos de mar.

Además de en los restaurantes ubicados en el propio núcleo urbano, al sur, en la playa de Foz de Lizandro, también se puede degustar pescado a la brasa en uno de los varios negocios existentes junto a la arena, entre ellos Retiro Na Bela Sombra. Por otra parte, al norte, en Ribamar, las marisquerías son las protagonistas.

Mientras, si lo que uno quiere es algo de postre o para acompañar un café, tampoco hay que dejar pasar la oportunidad de probar los dulces que ofrecen las pastelerías locales como los pasteles de nata o los erizos, estos sin ser bañados por el mar.

Por otra parte, en cuanto a visitas, Ericeira ofrece la posibilidad de disfrutar, por ejemplo, de pequeñas, pero coquetas capillas como la de San Sebastián o la del Buen Viaje, ubicada esta junto al puerto. Un paseo por las calles de su centro histórico también permite admirar en algunas de sus casas mosaicos de azulejos dispuestos por sus primeros habitantes.

Otro de los atractivos, gracias a su envidiable ubicación, son sus puestas de sol, las cuales, desde cualquiera de sus miradores o playas, suponen el tránsito ideal del día a la noche.

Palacio Nacional de Mafra

De todos modos, si de visitas inexcusables hablamos, tenemos que hacerlo, sin duda, del Palacio Nacional de Mafra. A unos quince minutos de Ericeira, este complejo arquitectónico, comenzado a construir hace 300 años e inaugurado en 1730, incluye un palacio real, una basílica y un convento y supone el monumento barroco más importante de Portugal.

Especial mención requiere su biblioteca, con unos 30.000 tomos reunidos en una única sala. También hay que destacar los seis órganos de su basílica, la cual acoge conciertos el primer domingo de cada mes, además de en otras fechas especiales.

El convento, es, por su parte, protagonista de la obra “Memorial del convento”, libro escrito por el Premio Nobel de Literatura José Saramago.

Por otro lado, junto al Palacio Nacional, pero de visita independiente, se encuentra la Tapada Nacional de Mafra, un espacio natural de 819 hectáreas con una amplia variedad de flora y fauna. En su día, fue inaugurado como el parque privado para la caza y el disfrute del rey Joao V.

Además, a menos de una hora de Ericeira, se encuentra Lisboa con toda su oferta turística, incluida su última atracción, la Experiencia Pilar 7 del Puente 25 de Abril. Se trata de un centro de interpretación recientemente inaugurado que permite al visitante descubrir la historia y lo secretos esta obra de ingeniería, además de disfrutar de unas vistas únicas y de ponerse en el lugar de sus trabajadores de mantenimiento.



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