Las islas de Holanda, curiosos rincones por descubrir


Cuando se habla de Holanda, enseguida vienen a la mente postales como la ciudad vieja, canales, cafés y museos de Amsterdam; el palacio de La Haya; el puente Erasmus de Rotterdam o los campos de tulipanes y los molinos de viento Kinderdijk, pero en las costas de su zona norte existe una histórica región que guarda inolvidables sorpresas para el viajero.

Se trata de las islas holandesas, que ofrecen “un paisaje y una naturaleza perfectamente conservadas, con playas vírgenes de arena blanca y pueblos idílicos”, según explica a Efe Soraya Gabriel Minguito, gerente de relaciones públicas de la Oficina de Turismo y Congresos de Holanda, NBTC.

La NBTC ha seleccionado cinco islas muy diferentes entre sí, pero con un indudable encanto, donde se puede disfrutar de interesantes planes turísticos, como complemento de las visitas a los innumerables atractivos que ofrece este país en su parte continental y urbana.

Tres de las islas -Schiermonnikoog, Ameland y Texel- son parte del “collar de cinco perlas” que conforman las islas holandesas del Mar de Wadden.

Algunas están deshabitadas, además van declinado de tamaño, de oeste a este, y su paisaje va cambiando debido a la influencia de la erosión, las mareas y las corrientes marinas, según la organización Wadden Sea World Heritage (WSWH).

El WSWH gestiona distintos proyectos de protección y difusión del Mar de Wadden. Una extensión de unos 2.550 kilómetros cuadrados, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Las otras dos islas, Pampus y Vuurtoreneiland, forman parte del mar interior IJmeer, “como suelen referirse a él los holandeses, ya que antes era mar pero se cerró con la construcción del dique de Afsluitdijk”, señala Gabriel.

El Afsluitdijk conecta el norte de Holanda septentrional con la provincia de Frisia, con una longitud de 32 kilómetros, una anchura de 90 metros y con una altura de unos 7 metros sobre el nivel del mar..

Una excursión a caballo por la isla de Amelanda, en Holanda.Foto: NBTC Netherlands Board of Tourism & Conventions, Holland Marketing

Una excursión a caballo por la isla de Amelanda, en Holanda. Foto: NBTC Netherlands Board of Tourism & Conventions, Holland Marketing

Sobre cuáles son las mejores épocas para visitar esas islas holandesas, Gabriel responde que la Isla del Faro tiene el atractivo de un restaurante que está abierto de mayo a diciembre; que la actividad principal en Pampus es la visita al fuerte, por lo que la época del año no es tan importante; y que lo ideal es recorrer las otras islas en mayo y junio, cuando los días son más largos y se disfruta mejor de la naturaleza con un clima más favorable

“Eso no quita que el otoño sea también una época muy buena para visitar estas cinco islas, disfrutando de opciones para todos los gustos”, proponen desde la NBTC.

Schiermonnikoog: una caminata por las marismas

Si se busca paz y tranquilidad, pero también practicar un poco de ejercicio con una dosis de aventura en medio de la naturaleza salvaje, la isla de Schiermonnikoog es la mejor opción, de acuerdo a la NBTC.

Situada en la provincia de Frisia, esta isla solo se puede recorrer a pie, en bicicleta o en carruaje de caballos, ya que desde hace tiempo la circulación en coche está prohibida para los no residentes.

Una opción reservada para los más aventureros consiste en llegar a Schiermonnikoog practicando lo que los holandeses llaman wadlopen, es decir caminar sobre las marismas.

Con la marea baja, el mar de Wadden deja al descubierto bancos de arena que es posible atravesar caminando hasta llegar a la isla, después de haber concertado una excursión guiada y yendo bien equipados para poder caminar sobre el lodazal.

La recompensa, al final de esta excursión, es disfrutar de una extraordinaria reserva natural y poder admirar las colonias de focas, aves y gran variedad de flora a nuestro paso.

Ameland: el arte nórdico

En otra de las islas más pintorescas del mar de Wadden también es posible disfrutar del arte. Durante el mes de noviembre setenta artistas procedentes de Alemania, Dinamarca, Suecia y Holanda exhiben sus trabajos por toda Ameland, según la NBTC.

Una de las vírgenes playas de la isla de Ameland, en el norte de Holanda.Foto: NBTC Netherlands Board of Tourism & Conventions, Holland Marketing

Una de las vírgenes playas de la isla de Ameland, en el norte de Holanda.Foto: NBTC Netherlands Board of Tourism & Conventions, Holland Marketing

“Los espacios expositivos son muy variados, y se pueden admirar sus obras en iglesias, galerías de arte, museos, ayuntamientos o granjas, mientras que el salvaje paisaje natural de la isla también servirá como escenario para algunos artistas”.

Además de las exposiciones, los visitantes pueden disfrutar de actuaciones nocturnas y talleres en Ameland.

Texel: un cordero exquisito

La isla de Texel, situada a tan solo un par de horas de Ámsterdam, está considerada por la NBTC como uno de los paraísos naturales situados a orillas del mar de Wadden, ya que sus dunas vírgenes y sus hermosas y desérticas playas de arena blanca configuran un paisaje único y fascinante.

Además de por sus espacios naturales, Texel también es conocida por su gastronomía, ya que allí se cría una afamada raza de corderos que, al alimentarse en prados de suelo salino, presentan un extraordinario sabor.

“Degustarlo acompañado por una de las cervezas artesanales que se elaboran en la isla se convierte en la experiencia culinaria perfecta”, según la NBTC.

Pampus: diversión en un fuerte

¿Se imagina celebrar su cumpleaños en el fuerte de una isla? ¡En la isla fortificada de Pampus, también muy cerca de Ámsterdam, es posible hacerlo! según asegura la NBTC.

El fuerte fue construido en el siglo XIX y formaba parte del plan militar concebido para defender la ciudad de los ataques extranjeros a través del río Ij y, tras ser clausurado en 1933, fue ocupado por los alemanes durante la II Guerra Mundial, para después caer en decadencia hasta su restauración en la década de 1990.

Vista de la entrada a la fortaleza de la isla holandesa de Pampus.Foto: NBTC Netherlands Board of Tourism & Conventions, Holland Marketing

Vista de la entrada a la fortaleza de la isla holandesa de Pampus. Foto: NBTC Netherlands Board of Tourism & Conventions, Holland Marketing

En 2011 se abrió en su nueva condición de primer Centro Nacional de Visitantes de la Línea de Defensa de Ámsterdam.

Tan sólo accesible en barco, la isla se puede alquilar para distintas celebraciones, como cumpleaños o bodas, y su visita se completa con un audioguía que va descubriendo todos los secretos que se esconden tras ese antiguo fuerte holandés.

Vuurtoreneiland: cenar en una isla desierta

También muy cerca de Ámsterdam se encuentra Vuurtoreneiland (Isla del Faro), una ínsula desierta en la que es posible vivir una experiencia culinaria única, la de cenar en una reserva natural, rodeados de animales y de naturaleza salvaje, según la NBTC.

El restaurante, ubicado en el fuerte que hay en la isla, ofrece un menú de cinco platos que cambia cada mes: pescado, carne y verduras de temporada, todo suministrado por proveedores locales y cocinado con sumo cuidado en fuego de leña.

A esta isla solo se puede acceder a través de un barco que parte del Hotel Lloyd, muy cerca del centro de Ámsterdam.

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