Buscar que los niños se acerquen al Arte de la Humanidad


Contra todo pronóstico, la media de edad de los visitantes al Mupac en una mañana de viernes no lectivo puede ser de unos 10 años, y esto se explica por las actividades que está llevando a cabo el museo para acercar el arte de nuestros antepasados a los más pequeños.

Los talleres infantiles del Mupac resultan tan variopintos como interesantes y sus actividades van desde encajar recortables o hacer origamis, hasta cocinar los alimentos que comería un romano durante el apogeo de su Imperio. Los más pequeños, de entre 4 y 14 años, disfrutan en este museo ambientado en la prehistoria y el medievo, situado en el subsuelo del Mercado del Este, de Santander, preguntando, respondiendo, mirando y tocando, como ha podido comprobar Efe.

Los playmobil de Atapuerca

Durante uno de estos talleres, Rosalía Incera, guía del Mupac, destaca el valor de que los niños aprendan divirtiéndose, y qué mejor manera que disfrutando de una reproducción del paisaje de Atapuerca representado mediante figuras de playmobil.

Después de una visita express al museo, los niños comienzan su particular taller dibujando el mango de un hacha y pegando el cordaje de un hacha en papel, todo ello con el fin de que entiendan para qué y cómo usaban los prehistóricos sus herramientas y pigmentos.

Escolares participan en los talleres que potencian que los niños se acerquen y descubran la historia de la humanidad en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC). FOTO/EFE/ Pedro Puente Hoyos

Escolares participan en los talleres que potencian que los niños se acerquen y descubran la historia de la humanidad en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC). FOTO/EFE/ Pedro Puente Hoyos

“Que se vea que no son cosas metidas en vitrinas, sino que vienen de gente que las usaba y que esto ha tenido vida”, explica a Efe Incera sobre los herramientas prehistóricas que muestra el Mupac y añade que también es importante que disfruten la experiencia y les apetezca volver.

Estos cursos, que empezaron hace cuatro años y cuyas inscripciones a veces se agotan en menos de media hora, congregan a unos quince o veinte niños en cada taller. Incera recuerda el taller infantil Fogones Romanos, que coincidió con una exposición sobre el Imperio y que permitía cocinar dentro del propio espacio del museo, que logró tanto éxito que incluso algunos adultos propusieron hacerlo también para mayores. “Tuvimos más de un problema para hacerlo en el museo por las alarmas de humo”, comenta entre risas la guía. El menú romano estaba compuesto por unas “muy ricas” albóndigas, pan sin levadura, moretum -una especie de queso especiado con ajo- y dátiles rellenos.

Además, Incera destaca con especial ilusión un taller que organizaron para niños con autismo, después de que uno de ellos lo visitara con otro grupo y un padre sugiriera esa posibilidad.

Talleres en el museo

Y señala a los jóvenes como otro sector a abordar, al que ya se aproximaron mediante una colaboración con el programa organizado por el Ayuntamiento de Santander, La noche es joven. En un futuro, es posible que organicen un curso sólo para adolescentes, porque Incera entiende que para disfrutar de la prehistoria “no hay edades”.

Escolares participan en los talleres que potencian que los niños se acerquen y descubran la historia de la humanidad en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC). FOTO/EFE/ Pedro Puente Hoyos

Escolares participan en los talleres que potencian que los niños se acerquen y descubran la historia de la humanidad en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC). FOTO/EFE/ Pedro Puente Hoyos

El director del Mupac, Roberto Ontañón, explica a Efe que el Mupac ya “tiene ganado” su público objetivo, el adulto, pero la “consigna” es atraer a los niños con estos talleres y, que a su vez, ellos actúen como gancho para arrastrar a sus padres. “Divertir es algo a lo que los museos tienen que aspirar, a que los museos no sólo formen y eduquen, sino que diviertan a los niños y les apetezca volver”, opina.

Estas actividades se realizan sobre todo durante las semanas no lectivas que desde el año pasado se incluyen en el calendario escolar, lo que supone una oportunidad para el museo de llenarse de juventud, mientras que los padres aprovechan ese tiempo libre para inculcar actividades formativas a sus hijos.

Los talleres didácticos que el museo ha preparado hasta ahora son: Family museum, ¡Pinta, corta, pega y pliega!, Empieza la función, Presumidos como nosotros, Estampas prehistóricas, Los fogones de Roma, el Día del Medioambiente con yincana, El puzzle de la prehistoria y Hallarte.

Las sonrisas cómplices, las preguntas avispadas y las carreras por los pasillos para ver la siguiente sala demuestran que el intento del Mupac para que los niños se acerquen a él, de momento, es todo un éxito.

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