#España: Ocho paisajes de agua para disfrutar en León



Aunque también es tierra de campos y tierra de valles fértiles León es, sin duda, tierra de montaña, ya sea de paisaje verde o de abruptas rocas, pero montaña de cumbres nevadas durante el largo invierno.
Y, seguramente por eso, esta vasta provincia está salpicada por lagos y lagunas que la naturaleza ha ido formando y que constituyen destinos turísticos en sí mismos. Pero es que la acción del hombre también ha dejado obras -pantanos, embalses…- espectaculares y algunos de ellas, con mucha historia.

El Embalse de Riaño

Es el caso del Embalse de Riaño. Bajo sus aguas quedó el antiguo pueblo, que fue sustituido por el Riaño actual, que encontramos arropado por impresionantes paredes de piedra caliza. El inmenso embalse, cuyas aguas reflejan cual espejo las montañas del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, es todo un espectáculo que merece ya una visita y más de una parada a lo largo del trayecto.
El paraje es una belleza, de modo que una de las actividades más recomendables es que el viajero se dedique a disfrutar del paisaje. Y, para los más activos, la sugerencia es optar por una inmersión en la naturaleza a través de alguna de las diferentes rutas de senderismo en los alrededores del pantano.
En el Embalse de Riaño se pueden realizar actividades náuticas. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.En el Embalse de Riaño se pueden realizar actividades náuticas. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.
Pero una de las opciones más atractivas es la de los deportes náuticos que se pueden practicar en el embalse. Vela, surf… o navegar por el embalse en un catamarán de 22 plazas. Una bonita manera de conocer los llamados fiordos leoneses y observar sus paisajes, su flora y su fauna.
Bosques de hayas, robles, acebos y tejos y un sinfín de plantas aromáticas y medicinales rodean el pantano. En el mes de mayo, el capilote o narciso de montaña tiñe de amarillo las praderas.
Estos parajes cuentan con otro atractivo para la visita: estas tierras leonesas son el hogar del oso pardo y el urogallo, dos especies emblemáticas de la Cordillera Cantábrica. Además, por allí habitan la cabra hispánica, el lobo… y una especie pequeña y quizá menos importante, pero que es representante por antonomasia de la fauna leonesa: la trucha.

El lago de Isoba

Más al norte que el embalse de Riaño, cerca de la estación invernal de San Isidro, León esconde un lago de origen glaciar situado a 1.120 metros de altitud. Está en el paraje de Vega Fonda, lo rodean los picos de San Justo y Los Niales y se encuentra también dentro del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
El Lago de Isoba, como otros muchos lugares de León y de España, tiene su propia leyenda. Se dice que unos peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela pararon en Isoba para buscar comida y descanso. Pero solo encontraron asilo en casa del cura y en casa de la pecadora -según las malas lenguas la madre soltera del párroco-.
La mujer no dudó en sacrificar la única vaca que tenía para dar de comer a los peregrinos con la esperanza de que “Dios proveerá”. A la mañana siguiente uno de los peregrinos le sugirió a la mujer que esparciera los huesos de la vaca por el corral y, tras una bendición del hombre, de cada uno de los huesos surgió una vaca.
El Lago de Isoba un lago de origen glaciar a 1.120 metros de altitud. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.El Lago de Isoba un lago de origen glaciar a 1.120 metros de altitud. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.
Ella, loca de alegría, corrió a contar a todo el pueblo lo sucedido pero le respondieron con todo tipo de improperios, por lo que la mujer fue a buscar a los peregrinos y les refirió lo que le había pasado. Entonces, uno de ellos dirigió la mirada al pueblo y dijo: “¡Húndase Isoba, menos la casa del cura y la de la pecadora!”. E inmediatamente las aguas inundaron el valle, excepto las dos casas, y se formó el Lago de Isoba.
Fuera cual fuera el origen del lago, leyendas aparte, la estampa de este paisaje merece una visita y unas cuantas fotos, sin duda. Además, localidades como Puebla de Lillo, que podríamos denominar la capital de la comarca, o el propio Isoba, un pequeño pueblo antesala de la estación de esquí de San Isidro.
Hay voces que consideran los paisajes de este pueblo como uno de los de mayor valor ecológico de la provincia. Varias rutas de senderismo permiten disfrutarlo y descubrir otros lagos como el Ausente y pequeñas lagunas como las del valle del Haza.

El embalse de Casares

Está dentro de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, en el término municipal de Villamanín, concretamente en Casares de Arbas. Está rodeado de montañas y su aspecto primaveral es el de una alfombra verde salpicada de puntos de los colores de las flores silvestres en la que pastan las vacas pacientemente vigiladas por los mastines leoneses siempre en guardia por si se acerca el lobo. Una postal típicamente leonesa esta que rodea al embalse de Casares, pequeño reservorio de agua en el que se aposentan numerosas especies de aves acuáticas.
El embalse de Casares está rodeado de montañas. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.El embalse de Casares está rodeado de montañas. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.
Aquí, como en el resto de estos destinos de agua y como en todos los destinos de naturaleza, la principal actividad del viajero es, seguro, disfrutar del paisaje, pero la escapada puede dar más de sí.
Por ejemplo, es un lugar ideal para el disfrute de los amantes de la pesca, como sucede en otros puntos de la provincia de León, famosa por sus ríos trucheros. Se pueden realizar algunas actividades náuticas y, sobre todo, disfrutar de ese especial paisaje introduciéndose en él a través de las rutas de senderismo que lo recorren. Y, si eso de caminar se queda corto, los más valientes pueden subir a la cima de las Tres Marías, una de las montañas que rodean el embalse.

La Laguna de las Verdes

Es de origen glaciar y está en plena Reserva de la Biosfera de Babia. Una densa vegetación la cubre, sobre todo en verano, de ahí su nombre. Las cristalinas aguas de esta laguna están a 1.750 metros de altitud y proceden de las aguas del deshielo. Son muchas las montañas que la rodean, todas de importante altitud, como el pico Montihuero (2.187 metros), la Aguja de las Colaradas (2.006 metros), la peña Los Años (2.157 m.) o la peña la Chana (2.068 m).
Este conjunto de montañas y la Laguna de las Verdes a la que dan su abrigo conforman un paisaje que sirve de hábitat para muchas especies de fauna entre las que hay que destacar al tritón, un anfibio considerado como especie protegida.
A la Laguna de las Verdes se puede acceder por una ruta de senderismo que parte de Torre de Babia. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.A la Laguna de las Verdes se puede acceder por una ruta de senderismo que parte de Torre de Babia. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.
La laguna está a sólo cinco kilómetros de la localidad de Torre de Babia. Desde allí podemos iniciar una ruta cuya primera parada es la torre medieval que da nombre al pueblo. El itinerario cruza el arroyo de Torre y continúa entre prados de siega hasta llegar a una majada pastoril.
A partir de ahí, son las veredas de ganado las que conducen hasta la propia Laguna de Las Verdes. Desde allí, se inicia el descenso para regresar al pueblo.

Lagos de Carucedo y Somido

Están en la comarca de El Bierzo. La comarca leonesa que linda con Galicia, una zona de buena huerta, buen vino… y zona minera donde las haya. De hecho, estos dos lagos surgieron a raíz de la explotación minera de Las Médulas.
Actualmente está sobradamente demostrado que el origen del lago Carucedo son las explotaciones de oro, pero a éste como a otros lugares les acompañan las leyendas. Una de ellas dice que se formó por las lágrimas de la Ondina Carissia, una ninfa que vivía en la legendaria ciudad de Lucerna y que se enamoró del general romano Tito Carissio, dominador de El Bierzo. Ella, de raza astur, fue despreciada por el general y sintió tanto dolor, lloró tanto, que sus lágrimas inundaron la ciudad de Lucerna y luego se acumularon hasta formar el lago.
El Lago de Carucedo está en la comarca de El Bierzo (León) y surgió como consecuencia de la explotación minera de Las Médulas. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.El Lago de Carucedo está en la comarca de El Bierzo (León) y surgió como consecuencia de la explotación minera de Las Médulas. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.
El lago está rodeado de castaños, encinas y y juncos que forman un espacio natural protegido como reserva ornitológica. En sus aguas habitan anguilas, bogas y truchas -se dice que este lago era la reserva piscícola de los monjes de Carracedo, que no comían carne- y por los alrededores encontramos aves como pato, ánade real, garza real…
Y, como no es de recibo llegar hasta aquí y no acercarse a Las Médulas, hacemos una parada en el Lago de Somido que también tiene su origen en la actividad minera de los romanos que cambió el drenaje natural de todo el entorno. Como consecuencia, se fueron formando los lagos y humedales de Las Médulas, que están protegidos medioambientalmente.
Desde la localidad de Las Médulas parte una ruta que lleva al lago Somido. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.Desde la localidad de Las Médulas parte una ruta que lleva al lago Somido. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.
Desde la localidad de Las Médulas, concretamente desde la iglesia, parte una ruta de menos de dos kilómetros que conduce al lago. Es una ruta cómoda que se puede hacer a pie o en bici mientras se contempla el panorama.

Lagos de La Baña y de Truchillas

También en la comarca leonesa de La Cabrera dejaron los romanos su huella en las minas de oro y los canales de agua. Y en esta comarca encontramos el lago de La Baña, un lago de origen glaciar a 1.380 metros de altitud que está declarado Monumento Natural.
Está a unos 10 kilómetros del pueblo (La Baña) desde donde se puede comenzar la ruta hacia el lago primero por carretera y después por pistas abiertas para la explotación de la pizarra. El último tramo del itinerario se hace por un camino. La vegetación que vamos encontrando en las proximidades del lago se compone de tejos, acebos, serbales y un pequeño bosque de abedules.
El Lago de La Baña, en León. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.El Lago de La Baña, en León. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.
Y éste de La Baña, como otros lagos, también tiene sus leyendas. Una de ellas trata del castigo que recibió un campesino por trabajar en día santo; otra cuenta que un pastor ahogó las cabras de su vecino, quien a su vez tiró al primero al lago para salvar a los animales… Dicen que en las noches de luna llena se pueden oír los lamentos de las cabras.
El Lago de Truchillas, en León está declarado Monumento Natural. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.El Lago de Truchillas, en León está declarado Monumento Natural. Foto: Efetur/Cedida por la Diputación de León.
En la misma comarca encontramos la localidad de Truchillas, próxima al lago del mismo nombre y al que podemos acceder por un camino que sale de la carretera que une el pueblo con el Alto del Peñón y que nos permitirá disfrutar de un paisaje que ha sido modelado por los glaciares que ocupan el valle desde el Cuaternario.
Pequeñas muestras boscosas de abedul, aliso, roble o serbal nos recuerdan que muy probablemente en el pasado fueron bosques que ocuparon todo el valle. Un valle que en primavera luce pintado de rosa y amarillo por el manto de brezos y retamas que lo tapan.
The post Ocho paisajes de agua para disfrutar en León appeared first on EFEtur Viajes.
Con la tecnología de Blogger.