Las diferentes caras de la masificación turística


Conseguir un turismo sostenible es un mantra que se convierte en necesidad ante estas cifras. El profesor del Grupo de Investigación Interdisciplinar (GRIT) de la Escuela Universitaria Ostelea, Claudio Milano, ha presentado un informe sobre esta materia en el que analiza las tendencias globales y compara algunos casos locales, en concreto, los casos de Barcelona, Venecia y Berlín.

En su opinión, el malestar de los residentes o la turismofobia está íntimamente relacionado con prácticas específicas como:

  • La privatización del espacio público
  • La congestión del espacio público
  • El aumento del turismo de cruceros y la masificación de excursionistas
  • El aumento del precio de la vivienda
  • La pérdida de poder adquisitivo de los residentes

El fenómeno y las cifras globales

Las proyecciones globales de turistas internacionales no dejan lugar a duda. En sólo 13 años la cifra de visitantes pasarán de los 940 millones actuales a 1.800 millones. Europa seguirá siendo el destino favorito con 744 millones (frente a los 475 de 2010 o a los 602 previstos en 2020); la zona de Asia-Pacífico alcanzará los 535 millones -tenía 204 en 2010 y contará con 355 en 2020) y América se quedará en 248.
Por todo ello, desde Ostelea se considera que la saturación turística en un problema que se irá propagando y que atañe a todos los agentes que participan directamente en la maquinaria turística: agentes públicos, privados, turistas y residentes.
El fenómeno de la masificiación turística y la evolución de los modelos turísticos se viene estudiando desde hace décadas, explican en Ostelea. Ya en 1975 se definieron cuatro fases:

  1. Euforia. Llegan los primeros turistas y se reciben con euforia por parte de los anfitriones
  2. Apatía: Aumenta el número de visitantes y la relación se enfría.
  3. Irritación: Al llegar la saturación, algunos “anfitriones” desconfían de los beneficios del turismo y calculan el “precio” que les toca pagar del turismo
  4. Antagonismo: Se hace pública esta irriatación

También se ha teorizado sobre “la carga turística” o el número máximo de visitantes que puede recibir cada destino o del conocido como ciclo del turismo, con una primera fase de introducción, a la que le sigue la de crecimiento -generalmente exponencial- madurez y declive. Todos estos conceptos y paradigmas ayudan a entender los casos de Venecia, Berlín o Barcelona, cada uno con sus especificidades.

El síndrome de Venencia

En el municipio sólo viven unos 261.000 habitantes y en su centro histórico unas 56.000 personas, una cifra que está cayendo y que es mínima en comparación con los 10,1 millones de pernoctaciones que se registraron en 2015. Pero lo que realmente apabulla en la Ciudad de los Canales es el número de excursionistas, que alcanzaron los 30 millones en 2015. Los precios de los apartamentos también aumenta y el número de alojamientos turísticos ofertados también.

Un crucero hace su llegada a Venecia. Foto: STEVEN VARNIUn crucero hace su entrada en Venecia. Foto: Steven Varni

La reacción popular en el caso de Venecia ha llevado incluso a la celebración de un referéndum, simbólico eso sí, en el que el 98 % de los 18.000 votantes se mostraron en contra de permitir la entrada de cruceros grandes a la gran laguna de Venecia. Además, ha nacidouna plataforma ciudadana que promueve acciones para evitar el éxodo forzado de residentes, la falta de servicios y de tiendas de uso doméstico, el aumento del precio de la vivienda o el paso de cruceros por la laguna.

Berlín, en la cresta de la ola

La capital germana ha visto crecer sus pernoctaciones hasta superar los 10 millones y las 12,7 de visitantes y la reacción de los berlineses no se ha hecho esperar, por el aumento del precio de la vivienda -de hasta el 9,6 % en sólo un semestre- y el envejecimiento de la población en algunas zonas. Las reacciones ante este fenómeno son novedosas y se pueden leerse en grafitis y en pegatinas de frases como “Yupies fuera” o “turistas fuera” en consonancia con campañas como la de Berlin dosn’t love you-Berlín no te quiere- .

Barcelona en masa

Según las cifras oficiales que cita el informe, desde el 2000 en Barcelona y en Cataluña en general crece el número de visitantes y de pernoctaciones, hasta el punto de que la Ciudad Condal superó los 9 millones en 2016, a las que hay que sumar excursionistas hasta alcanzar un cómputo de unos 30 millones.
Esta tendencia ha sido proporcional a la apertura de hoteles – de 118 en 1990 a 408 en 2016- y de las plazas hoteleras.
Pero el quid de la cuestión y el principal elemento de debate aquí suele estar en los apartamentos turísticos y a las plataformas que los ofertan, que están causando el incremento del precio de la vivienda y el desplazamiento de los vecinos.

Graffiti contra el turismo en Barcelona. EFE/Alejandro GarciaGraffiti contra el turismo en Barcelona. EFE/Alejandro Garcia

El informe hace un particular repaso a los titulares sobre este fenómeno en la prensa catalana y entresaca artículos que ya alertaban sobre la turismofobia en 2008, y los enfrenta a los titulares de los altercados este mismo verano que se han publicado en la prensa internacional.Y la reacción social se ha canalizado en plataformas en pos de una “decrecimiento” del turismo en Barcelona.

La turismofobia es, por todo esto, el mismo fenómeno con diferentes caras y requiere de soluciones para que algunos destinos no mueran asfixiados por su propio éxito.

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