El alquiler vacacional llega a los puertos deportivos de Mallorca

Es una estampa habitual de cualquier día de verano en la mayoría de los puertos deportivos con solera de esta isla de Baleares, donde el polémico alquiler vacacional se está extendiendo a la náutica.

Alojamientos flotantes

Cuando buscamos alojamiento en Mallorca sorprende que, entre los más de tres centenares de apartamentos que ofrece en la isla la web de alquiler vacacional AirBnb, muchos de los que se anuncian como apartamento, casa o habitación, son en realidad embarcaciones que flotan sobre el agua.

Y si nos fijamos en uno de estos anuncios y hacemos click en la galería de fotos que se adjunta, descubrimos que nos ofrecen un camarote, nos enseñan una vista del pantalán en el que está amarrado el alojamiento flotante y, en algunos casos, hasta una postal de la puesta de sol desde la cubierta.

Durante este mes de agosto, Mallorca se corona como la segunda plaza con el alquiler más caro de España, por debajo de Barcelona. Alquilar una habitación de pocos metros cuadrados en la isla, que se dice que está saturada por el exceso del número de turistas, puede alcanzar los 384 euros mensuales, según el portal Idealista. En la Ciudad Condal, por ese mismo tipo de alojamiento básico, se piden 426 euros.

En medio del desenfreno que atraviesa el alquiler vacacional y con el aparente fin de percibir también algún rédito del turismo, hay quienes optan por alquilar su embarcación o parte de ella.

Vista del puerto de Es Geperut, en Sant Elm, uno de los puertos deportivos con solera de Mallorca. Foto: EFE/Cati Cladera

En AirBnb figuran cerca de sesenta anuncios de alquiler de camarotes en veleros, catamaranes e incluso yates de superlujo por los que se puede llegar a pagar el módico precio de 4.800 euros por noche.

En el tablón digital de anuncios encontramos desde quien, además de ofrecer el alojamiento en el barco, vende la posibilidad de salir con este a navegar por el Mediterráneo, al que alquila su embarcación con la condición de que siempre permanezca amarrada.

En el caso de estos últimos, ni la Conselleria de Turismo, ni la Dirección General de Vivienda de la Consellería de Movilidad tienen constancia de que este nuevo tipo de alquiler esté regulado.

Ángela es la propietaria de una tradicional embarcación balear llamada llaut, amarrado en el pequeño puerto de Porto Colom.

“Ahora funciono como chárter. Tengo todas las licencias requeridas para alquilar mi barco y, además, salir a navegar con mis clientes. Hasta el año pasado solo dejaba la posibilidad de dormir en mi llaut, pero incluso así declaraba todo lo necesario a nivel legal, como cuando alquilas una casa”, explica.

No solo ya está de moda alquilar un barco como si se tratara de una casa sino que, además, crece el número de personas que prefieren la vida marinera a la de inquilino de un soso apartamento durante el verano.

“En temporada baja hay unas cinco o seis embarcaciones habitadas, después de verano sube considerablemente”, explica un marinero del Club Náutico del Arenal.

De los 635 amarres que tiene este puerto deportivo del sur de Mallorca, unos 300 se alquilan solo en temporada alta, explica su gerente, Ferran Muniesa.

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