#Argentina: A la conquista del turismo chino, un negocio de US$ 104.500 millones


Hoy apenas 36.000 viajeros del gigante asiático eligen algún destino argentino como lugar de vacaciones, pero en el sector aspiran a triplicar esa cifra en tres años; los esfuerzos de adaptación que prepara la industria local para captar a los nuevos clientes


No quieren quedarse en una habitación cuyo número termine en "4" porque lo relacionan con la muerte. En cambio prefieren el "8", asociado a la suerte. A la mañana no comen tostadas ni medialunas; eligen el caldo de arroz blanco o el huevo a la soja. Si quieren seducirlos, no los busquen en Facebook: mejor prueben con el servicio de mensajería WeChat. Los turistas chinos requieren un esfuerzo extra de entendimiento cultural, un trabajo que todos los destinos parecen dispuestos a hacer: todo sea por llevarse un porcentaje, aunque sea mínimo, de los 120 millones de viajeros que salen anualmente del gigante asiático.









No es para menos: es un mercado de turismo emisor que crece -por lo menos desde hace una década- a tasas igual o superiores al 15% anual, y que al año mueve US$ 104.500 millones (casi una quinta parte del PBI argentino), según cifras del sitio especializado Travel China Guide.  Las cifras harían que cualquier persona que trabaje en el sector de turismo se conmoviera. Pero si se desagregan por destino, la emoción baja rápidamente: al menos el 80% de aquellos 120 millones de turistas se quedan en los vecinos de China -Hong Kong y Macao, entre otros-. No obstante, y según la consultora Euromonitor, los viajeros chinos hacia el exterior habrán crecido un 33% entre 2014 y 2019, y para 2030 constituirán el principal mercado emisor global, por lo que una porción de aquellos millones es suficiente.







El ministro de Turismo, Gustavo Santos, declaró reiteradas veces que apunta a pasar de los 36.000 chinos que visitan el país en la actualidad, y que dejan unos US$ 1400 por estada, a 100.000 o más para 2019. Además, según estimaciones del sector, el flujo de estos viajeros aumentaría entre un 20 y un 30% durante este año. En 2016, en una reunión bilateral previa al cónclave del G20 en Hangzhou, Mauricio Macri le dijo a su par Xi Jinping que no le parecía "descabellado" alcanzar la cifra de "un millón" al año. ¿Real o utópico? ¿Qué oportunidad tiene la Argentina frente al nuevo público fetiche del turismo receptivo? ¿Y qué está haciendo al país para capitalizar la oportunidad?

El perfil chino

Federico Di Stéfano, director de la agencia receptiva ChinaPass, definió el perfil de los turistas chinos que llegan a la Argentina. Generalmente ya conocen varios destinos en Asia y Europa, ya que, por un tema de distancias, "América latina no es precisamente el primer lugar adonde viajan". Además prefieren moverse en grupos y con tours armados, sobre todo por el desconocimiento del idioma y la falta de personal y guías que puedan comunicarse con ellos. Para esto, en la Argentina existen 14 agencias receptivas autorizadas. Finalmente, cuando visitan el país, por lo general lo combinan con viajes a Brasil, Chile o Perú, y algunos, "más por un tema ideológico", con Cuba o Venezuela.







Existe una incipiente tendencia en el turismo chino que está movilizándolos hacia el Sur, con el deseo de visitar la Antártida. "El público que viene de una posición económica muy alta se queda unos días en Buenos Aires, va a Ushuaia y toma el crucero", detalló Di Stéfano, y añadió: "Casi el 50% de los multimillonarios chinos quiere ir, porque es un destino caro, exótico y muy visual, que logró convertirse en una moda en el turismo de lujo".

Otros destinos, más accesibles para los niveles socioeconómicos medio y alto, son las cataratas del Iguazú y el glaciar Perito Moreno. "Lo que más les impacta es el aire limpio que tenemos", señaló. El detalle no es menor: las grandes ciudades chinas como Shanghai o Pekín tienen niveles de contaminación muy por arriba de la media.
"No conocen lo que hay en el resto de la Argentina. Hay destinos que se podrían promocionar muchísimo más, como Mendoza, para aprovechar el crecimiento de la industria del vino en China", señaló.
En 2015 solamente, los chinos consumieron 131 millones de botellas de tinto y las importaciones en el sector crecieron un 3,3 por ciento. Di Stéfano añadió que España logró posicionarse en el país asiático como un destino para degustaciones gracias al esfuerzo que hizo el gobierno para estar en la mayor cantidad posible de ferias internacionales.
Darse a conocer en China también es una tarea que requiere de estudio, aun en la era digital. Desde 2009, Facebook, Twitter, Google y YouTube están prohibidos en el país asiático o decidieron retirarse por cuestiones de privacidad de sus usuarios y por políticas de censura del gobierno. El gran ganador fue WeChat, un servicio de mensajería que actualmente cuenta con 864 millones de usuarios activos y que permite enviar mensajes de texto y voz, compartir fotos, videos y ubicaciones, jugar videojuegos y hasta pagar el alquiler o pedir un turno con el médico.
Mostrar parte de la vida privada en redes sociales también es una costumbre en China. A través de "WeChat Moments", los usuarios suben imágenes o videos de sus actividades para que el resto de sus amigos y amigas las vean. La organización World Tourism Cities Federation (WTCF) señaló que casi el 90% de los turistas del país asiático desea compartir sus experiencias con familias y amigos, y que en un 84% de los casos WeChat es la herramienta elegida para hacerlo.

El director de Chinapass recordó una vez más el caso de España -que actualmente recibe unos 300.000 turistas del país asiático- y una compañía que nació allí: Chinese Friendly, una organización que analiza destinos, restaurantes y alojamientos y, tras un proceso de estudio, los certifica como sitios "amigables para los chinos". Kurt Grötsch, CEO de la empresa, explicó en diálogo con la nacion que no se trata de contratar a personas que hablen mandarín en cada lugar, sino de una "simple cuestión de comunicación" en los mapas, la señalética y los menús, por ejemplo.

"Más que hablar chino, se trata de entender la cultura y de adquirir pequeños conocimientos que hagan a los destinos o a los establecimientos más amigables", indicó Grötsch. Sostuvo que la marca Chinese Friendly, que luego se promociona a través de sus redes, su Web y una insignia que llevan los lugares certificados, se está expandiendo por algunos países de Centroamérica y que ya hay interés por parte de las naciones sudamericanas.
Recomendó a América latina "no pensar en el turismo chino como un todo" sino encontrar nichos dentro de los 120 millones de viajeros que salen del país anualmente. "Falta tomar consciencia de lo que son: se trata de una potencia muy grande, pero la mayoría se queda en el Sudeste asiático -recalcó-. El continente americano no tendrá turismo masivo, sino un turismo selectivo, con lo cual convendrá segmentarlo bien". Por ejemplo, señaló que aconsejaría enfocarse en los viajes por lunas de miel. "Solo en la región de Beijing se casan anualmente 150.000 parejas. El segmento de las bodas tiene medios de comunicación muy concretos y es muy fácil de vender, si tuviera que pensar como un destino turístico", dijo.

Unidos es mejor

Emprender un viaje de 24 horas por dos o tres semanas de vacaciones no es la decisión más fácil. Los vuelos largos disuaden y es por eso que, una vez llegados al continente, los chinos aprovecharán para conocer varios destinos. Brasil, por ejemplo, recibe unos 70.000 turistas por año. El gobierno argentino apuesta a establecer alianzas con sus vecinos para poder realizar acciones de promoción conjuntas e instalar la marca "Sudamérica".
"Ninguno se destaca en el continente y todos quieren ganar. Es importante la estrategia conjunta: por ejemplo, en el caso del turismo educacional y las personas que quieren aprender español, muchas veces desisten de venir a América latina por la dificultad para las visas", recalcó Di Stéfano.

Durante 2016, el Ministerio de Turismo habilitó la Autorización de Viaje Electrónica (AVE) para todos aquellos chinos que ya posean una visa válida para Estados Unidos o la Unión Europea. Santos subrayó, en diálogo con La Nacion, que buscarán facilitar los trámites burocráticos "cada vez más" y que apuestan a poder lograr reciprocidad de visado con Brasil y Chile para que los tres países funcionen como "una especie de espacio Schengen".
Asimismo, puntualizó que otro obstáculo para atraer más chinos al continente -y a la Argentina, particularmente- es la falta de conectividad aéreas, y que desde su cartera persigue acuerdos con aerolíneas como China Eastern -que conecta el país asiático con el sudamericano vía Madrid- porque, con la tecnología disponible hoy, es imposible que la ruta se haga sin escalas. Actualmente, existen 28 aerolíneas que realizan el vuelo Buenos Aires-Beijing con escalas en ciudades de Medio Oriente o Europa.

Los países de la Alianza del Pacífico ya manifestaron en reiteradas veces su intención de trabajar como bloque para atraer al turismo chino y afirmaron que en 2016 notaron un crecimiento de la presencia de estos viajeros del 15%. Por ejemplo, México tiene la oportunidad de "contagiarse" de su vecino Estados Unidos, que según las últimas cifras del gobierno disponibles, en 2015 recibió 2,6 millones de chinos que gastaron US$ 30.100 millones.
En muchos casos, las marcas de lujo resultan un atractivo especialmente importante para el turismo chino que, según la consultora Euromonitor, gasta "un tercio de su presupuesto de viaje" en compras. En España, por ejemplo, los estudios indican que en cada salida de shopping gastan unos 1000 euros en artículos de primera calidad. En la Argentina, la retirada de las marcas de lujo no es un impedimento, según el ministro Santos: "Los cueros y la platería los atraen muchísimo, pero sobre todo apostamos por mostrar la riqueza natural y cultural tan distintiva", resaltó. En ese sentido, WTCF resaltó que los viajes de los chinos ya no se tratan de "un tour de shopping", sino que cada vez más se enfocan en "comprender los escenarios y las culturas de los destinos" y en probar experiencias gastronómicas.

Por otro lado, existen beneficios directos de las marcas hoteleras internacionales que están presentes en el país. En el caso del grupo Marriott International, Victoria Monin, gerente de Desarrollo de Nuevos Negocios para la cadena Sheraton, expresó que el hecho de que los alojamientos sean conocidos en China provoca un "derrame" en los destinos. En el caso de la Argentina, apuntó, los que más turistas chinos reciben son los ubicados en Buenos Aires e Iguazú, adonde llegan grupos "de 20 personas como máximo" mensualmente.
"El primer hotel de cadena internacional que se abrió allí es el Sheraton Great Wall -recordó-. Es un emblema para ellos, y eso hace que busquen la marca en otras partes del mundo". En el caso del alojamiento, Monin explicó que, para atraerlos, incorporaron desayunos con platos típicos, cartas traducidas, canales chinos en sus grillas de televisión y contrataron una persona que habla el idioma y que está en contacto con los huéspedes personalmente o a través del teléfono para despejar dudas.

"Hay que achinarse"

Para atravesar la barrera idiomática, el sector dedicado al turismo chino en la Argentina recomienda realizar un esfuerzo extra para lograr que se sientan cómodos. En ese sentido, la Cámara Argentino-China realizará este año cursos de turismo para personas que hablen mandarín, con el fin de que se conviertan en guías bilingües.
"Les mostramos puntos emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires y les enseñamos la historia. Lo primordial es que sepan el idioma, luego los formamos", aclaró Ernesto Fernández Taboada, director ejecutivo de la organización. Cada vez más, los chinos se animan a contratar guías locales para sus viajes: según la WTCF, casi un 40% dice que prefiere contactarlos.
Por último, Di Stéfano remarcó la necesidad de traducir el interés en atraer más turistas chinos en acciones concretas y lo definió en dos puntos principales. El primero, aceptar que la Argentina "no tendrá un gran caudal de turistas chinos en un año, sino que se trata de un proceso largo" y que es mejor "pensar en metas realistas y a largo plazo". El segundo, buscar una "promoción inteligente" en "las redes sociales que ellos utilizan" y en las ferias. "Si uno quiere atraer turistas chinos, hay que achinarse", resumió.

Los números del turismo Made in China:
15% Sin techo
Es la tasa de crecimiento anual a la que crece el turismo chino. En la actualidad, más de 120 millones de chinos viajan fuera de su país al año por vacaciones.
20% larga distancia
Es el porcentaje del total de los turistas chinos que todos los años viajan al exterior visitan algún país fuera del continente asiático.
1000 de shopping
Es el promedio en euros del gasto del turista chino en cada salida a los shoppings en Madrid, lo que da cuenta de un alto poder adquisitivo.
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.Fuente: Diario La Nación.
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