Mesa del Turismo: demonizar el Turismo no es la solución al Cambio Climático
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La Mesa del Turismo afirma que su sector se ve
directamente afectado por el cambio climático y, por tanto, es también de los
más interesados en que se actúe para frenarlo.
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No obstante, rechaza tajantemente nuevos impuestos a
la aviación y se reafirma en la necesidad de buscar “soluciones realistas,
eficaces y eficientes”.

Germán Porras, secretario general de la Mesa del Turismo, crítica que se
atribuya al turismo una cuota de responsabilidad desproporcionada en el impacto
sobre el cambio climático. “Se está demonizando al viaje, cuando el avión
apenas supone entre un 2% y un 5% de la emisión de CO2, mientras que otros
sectores como el ganado vacuno, subsidiado por la UE, o la entrega de las
compras por las redes sociales suponen una aportación muy superior a la emisión
de gases de efecto invernadero”, afirma el portavoz de la Mesa.
Esta agrupación no niega la realidad del
cambio climático y la necesidad de darle una respuesta contundente, pero
argumenta que hay que centrarse en los sectores y en las soluciones que sean
más realistas, eficaces y, a la vez, más eficientes.
Cambio
climático: amenaza y soluciones
El cambio climático supone una doble amenaza
para el turismo. Una es real y afecta de manera directa a la actividad
turística y la otra es generada y adopta la forma de movimiento social
alimentado ideológicamente.
El turismo es una de las actividades más
directamente afectadas por el cambio climático. Destinos de sol y playa y
estaciones de montaña ya perciben los efectos de una evolución del clima que
pocos discuten; también destinos culturales, como ha sido el caso reciente de
Venecia. Por ello, el sector turístico es el más interesado en que se adopten
medidas que neutralicen o palien la evolución del clima y sus efectos
negativos.
El sector turístico, como directamente
afectado, está reaccionando ante el cambio climático. La industria aeronáutica
está produciendo aviones con materiales más ligeros, con diseños más
aerodinámicos, y con motores más eficientes. Las líneas aéreas están renovando
sus flotas con estos nuevos modelos, que, al consumir menos, contribuyen a la
disminución de la emisión de gases de efecto invernadero. Esta conciencia de
combatir el cambio climático ha llevado a algunas líneas aéreas -como KLM- a recomendar
a los viajeros con desplazamientos inferiores a 600 kilómetros que utilicen el
tren. El presidente de Iberia manifestó en una reciente conferencia una
posición similar.
Los cruceros y los ferris están sustituyendo
los combustibles más contaminantes por el gas licuado, y cuando están
atracados, utilizan la energía eléctrica proporcionada por los puertos para los
servicios del buque. Se ha dado un paso con la puesta en servicio de un ferry
eléctrico que une dos islas danesas y su fabricante cuenta ya con 25 pedidos
adicionales. Es previsible que el 80% del transporte en ferry en Europa se
pueda hacer con energía eléctrica en un futuro muy próximo.
El sector hotelero no se queda atrás. Ha
avanzado considerablemente en el ahorro energético y en el uso del agua
mediante el control de iluminación y climatización, así como en la lucha por
eliminar el plástico de un solo uso. Los pasos más recientes se han dado en
Baleares, que, una vez más, se coloca en la vanguardia con las iniciativas de
la economía circular, adoptada por las grandes cadenas hoteleras mallorquinas,
consistente en que los residuos orgánicos son seleccionados y utilizados por
los proveedores locales de alimentos como fertilizantes. La economía circular
sería la base del llamado “turismo regenerativo”, que abarcaría la producción
local de energías renovables; el cambio hacia un transporte eléctrico público
más accesible y menos dañoso al medioambiente; la citada asociación de los
hoteleros con sus proveedores; ayudado a formar cooperativas de agricultura
regenerativa y orgánica, que al mismo tiempo favorezcan a la regeneración del
suelo. De esta manera el turismo balear, creador del todo incluido, volvería a
crear un modelo turístico exportable a otros destinos.
“Esta limitada enumeración de las iniciativas
que está adoptando el sector turístico para contribuir a la lucha contra el
cambio climático es una muestra de medidas realistas, eficaces y eficientes”,
afirma el secretario general de la Mesa del Turismo. “En contraste, el
movimiento social cristalizado en la denominada “vergüenza a volar” se
caracteriza por la emotividad, no por la racionalidad. Alentado por
motivaciones ideológicas ha demonizado a los viajes y al turismo”, critica.
Y lo verdaderamente preocupante -insiste la
agrupación- es que los Poderes Públicos, tanto los Gobiernos como las
Organizaciones Internacionales, de los que cabe esperar que afronten con
racionalidad los problemas que tiene planteados la humanidad, parecen
participar en el clima emocional, proponiendo medidas que no contribuirán a
solucionar los retos reales del cambio climático.
La solución no pasa por crear impuestos
Una muestra de este enfoque es el Informe
encargado y asumido por la Comisión Europea, que propone solucionar “la vergüenza
a volar” mediante medidas impositivas que reducirían el PIB del sector de la
aviación en un 11%. Este recorte sería compensado con el estímulo de otros
sectores productivos –“quizás más contaminantes, como incrementando los
subsidios a la ganadería vacuna”, apunta el portavoz de la Mesa del Turismo-.
El Informe va más allá, afirmado que estas medidas serían neutras no sólo para
el conjunto de la UE sino para cada uno de sus miembros, sin importar, al
parecer, si son centrales o periféricos. Baste recordar que España recibe el
82% de su turismo por vía aérea, y que las áreas insulares quedarían aisladas.
En vez de este planteamiento, la Comisión Europea conseguiría resultados más
positivos aplicando el Cielo Único Europeo, que lleva 18 años de retraso.
La lucha contra el cambio climático va a
suponer la inversión de gigantescos recursos económicos. Es exigible que este
esfuerzo, al que todos vamos a contribuir, esté regido por los principios de
eficacia y eficiencia, aplicándose a aquellas actividades en las que el efecto
sea el más grande y medible, para que la inversión sea justificable.
Last but not least, la movilidad es un derecho humano que ha
costado mucho conseguir, y todavía encuentra grandes obstáculos. Las
limitaciones al mismo supondrían un grave retroceso en el nivel del bienestar
social, advierte la Mesa del Turismo.
SOBRE
LA MESA DEL TURISMO: La
Mesa del Turismo es una Asociación Empresarial en la que están representados
diversos sectores turísticos y que tiene entre sus objetivos transmitir a la
opinión pública y a la sociedad española la valoración real del turismo,
apoyada en la investigación y el análisis científicos. Para ello ha concertado
un Convenio con la Universidad Antonio de Nebrija, en la que existe un Grupo de
Investigación Turística liderado por el Prof. Manuel Figuerola. www.mesadelturismo.org